El Instituto Mujer en Construcción lleva 18 años empoderando a mujeres a través de la construcción civil
La gaucha Bia Kern siempre tuvo inclinación por ayudar a los demás. A lo largo de los años, su deseo de empoderar a mujeres económicamente vulneradas o víctimas de violencia de género fue creciendo. Así, a pesar de no tener conocimientos en el área de la construcción civil, en 2006, en la ciudad de Canoas, en Rio Grande do Sul, Bia decidió fundar el Instituto Mujer en Construcción para enseñar técnicas de construcción a estas mujeres.
Pensando en las necesidades del mercado laboral, la demanda ociosa y la cantidad de mujeres desempleadas, vio una oportunidad para marcar la diferencia. “Había mucha gente buscando profesionales capacitados y no los encontraba. Entonces, ¿por qué no insertarlas en el área?”, se preguntó.
En sus 18 años de existencia, el Instituto Mujer en Construcción trabajó directamente con unas 7 mil mujeres. Su programa principal es Cemento y Labial, en el cual empresas patrocinan grupos para recibir formación técnica y práctica en diversas áreas de la construcción civil, como pintura y reparación de paredes, yeso, hidráulica y electricidad. Además, las participantes reciben apoyo emocional y conductual.
Otro programa, Divas en la Construcción Civil, busca capacitar, calificar y apoyar a mujeres fuera del mercado laboral que buscan una nueva oportunidad. En este proyecto, se selecciona la casa de una exalumna para ser reformada mientras las nuevas participantes aprenden las técnicas.
Inicialmente, el instituto operaba solo en Rio Grande do Sul, pero recientemente expandió sus actividades al estado de São Paulo.
Mujeres en la construcción civil y su carácter pionero
Los temas tratados en los talleres dependen de las necesidades de las empresas asociadas. En promedio, cada grupo tiene 20 alumnas, y se proporciona todo el material necesario.
Tras completar el curso, las participantes son acompañadas de cerca por la organización. “Monitoreamos dónde están, qué necesitan, cuánto están ganando, si aumentaron los ingresos familiares y cómo está su situación en casa”, detalla Bia.
Además de adquirir un nuevo conocimiento, el objetivo de la institución es que sean contratadas al finalizar el curso. “Entre el 80 % y el 90 % de nuestras alumnas salen empleadas. Trabajamos constantemente para que las empresas entiendan que este es el verdadero movimiento transformador: no solo capacitarlas, sino también contratarlas”, afirma Bia.
La demanda supera con creces la oferta de vacantes. “En Porto Alegre abrimos 20 plazas para un curso de restauración y recibimos cerca de 1.500 inscripciones”. Además, el Instituto Mujer en Construcción se enorgullece de ser pionero en la formación de mujeres gasistas en São Paulo, en colaboración con la empresa Comgás.
Vidas transformadas
Bia relata que el proceso de transformación de estas mujeres es visible tanto física como emocionalmente. “Se percibe un cambio en su forma de pensar, se vuelven más seguras. Muchas provienen de situaciones donde lo primero que hacen al recibir un ingreso es ir al mercado a comprar comida”.
“Otras cuentan que empezaron a pagar cursos de inglés para sus hijos. Algunas incluso iniciaron estudios universitarios después de llegar aquí con la secundaria incompleta. Es increíble ver ese progreso, no hay manera de no sentirse feliz al saber que estamos logrando el impacto que buscamos”.
Desafíos y avances
Los estereotipos y el machismo siguen siendo comunes en la construcción civil, y este es uno de los mayores retos. “Por ejemplo, faltan baños femeninos en las obras. Esto es complicado, porque las mujeres deben caminar largas distancias y, cuando están menstruando, no pueden cambiarse con facilidad”, comenta Bia.
Sin embargo, también se observan avances. Según ella, la presencia femenina modifica el comportamiento de algunos hombres en las obras. “Cambian el lenguaje, la actitud, la dinámica de trabajo en equipo e incluso cuidan más su salud”.
Regenera Rio Grande do Sul
El Instituto Mujer en Construcción nació en Canoas, una de las ciudades más afectadas por las históricas inundaciones en Rio Grande do Sul. Por ello, creó el proyecto Regenera RS, que capacita a hombres y mujeres primero para reconstruir sus hogares y luego para ingresar al mercado laboral.
Además, se identificaron 10 participantes en Canoas que lo perdieron todo durante las inundaciones, para apoyarlas en su recuperación con donaciones de muebles, ropa y herramientas de trabajo.
Cómo apoyar al Instituto Mujer en Construcción
El Instituto acepta voluntarios y donaciones de empresas y personas físicas. No hay límite de edad para inscribirse en los cursos, solo es necesario ser mayor de 18 años. Para más información, visita su sitio web, Instagram, LinkedIn y Facebook.