Sindicato de Empleados Domésticos de Rio de Janeiro garantiza derechos para los asociados
Con la histórica lucha de mujeres, el Sindicato de Trabajadores Domésticos de Río de Janeiro sirve de punto de apoyo para personas sindicalizadas o no
En 1972, la Ley número 5859 reglamentó la profesión del empleado doméstico y formalizó algunos derechos, como el contrato por medio del registro de la tarjeta de trabajo y el acceso a Providencia Social.
Mazir Maria de Oliveira, mas conocida como Zica, es de Minas Gerais, tiene 89 años y tiene más de 40 años de lucha por los derechos de los empleados domésticos, es graduada en Pedagogia, Servicio Social y tiene una pos graduación en Psicología, dice que esa fue la primera conquista de toda la lucha nacional de entonces llamada Associações de Profissionais de Trabalhadores Domésticos.
El sindicato esta abierto para recibir denuncias, reclamos y orientar sobre derechos. Para ella, la participación de clase fortalece la lucha del sindicato. El órgano da un gran seguridad para las trabajadores y trabajadores domésticos, dice Dona Zica: “es un espacio donde todos los de la clase, sindicalizados o no, deben participar, buscando informaciones sobre sus derechos”.
Como comenzó
La creación del sindicato fue un proceso largo. Hasta la década de 1960, las trabajadoras del hogar no peleaban, dice D. Zica. Ella dice que la Iglesia católica siempre ha sido su foco de descubrimientos, y precisamente su parroquia la invitó, con otras dos compañeras, también empleadas domésticas, a participar de un grupo de hombres, que era la Pastoral do Trabalhador.
El propósito de esta pastoral fue fomentar la conciencia de la lucha por los derechos de los trabajadores. Acordaron participar, pero no entendían el idioma que hablaban, como Base de Datos, Negociación Colectiva y otras expresiones. Para ellos, era como decir palabrotas.
Entonces decidieron crear un grupo propio, sólo de las trabajadoras domésticas, donde pudieran hablar de los problemas de cada una, sus necesidades y hacer un intercambio de ideas. Ese era el desafío.
Con eso en mente, el 1 de mayo de 1976, las tres trabajadoras fundaron un grupo de trabajadoras domésticas en la Comunidad de Vila Aliança, donde vivían, en Bangu, Zona Oeste de Rio. No se enteraron de nada, simplemente llamaron a la otras mujeres para hablar.
En la primera reunión, la agenda era hablar mal de los patrones. No tenían otro tema, recuerda D. Zica. Hoy, ella piensa que fue extraño, pero ve ese encuentro como un intercambio de experiencias. Fue en esa ocasión que se dieron cuenta, por ejemplo, de cómo vivían las mujeres en el lugar de trabajo. Hubo relaciones respetuosas, pero también hubo situaciones de explotación, recuerda.
La lucha de las domésticas
Doña Zica dice que iniciaron el grupo doméstico con una reunión mensual. También buscaron personas que entendieran sobre leyes y Seguridad Social. Fue por eso que se dieron cuenta de que ya había una lucha interna, a través de una asociación de clase, desde los años 60, pero no sabían.
Con eso, fueron a buscar a sus compañeros de la otra asociación. Programaron una reunión y así comenzaron a enterarse de todo lo que estaba pasando en cuanto a los reclamos de las sirvientas. Poco tiempo después, las dos iniciativas se unieron y crearon la Asociación de Trabajadoras Domésticas Profesionales del Municipio de Río de Janeiro.
Recién ya estructurada, en 1976, la asociación tomó conciencia, a través del Estatuto, de que es trabajador doméstico toda persona que presta servicio doméstico en casa ajena a cambio de un salario.
La fundación del Sindicato de Empleados Domésticos de Río de Janeiro
En 1978, la asociación comenzó a participar en varios espacios de discusión fuera de Río de Janeiro y descubrieron que las trabajadoras del hogar estaban luchando en varios estados de Brasil. Así, inician un intercambio de visitas entre asociaciones. Con esto, se creó una unión entre todas estas instituciones. Mientras tanto, el grupo de la Zona Oeste siguió creciendo.
En 1988, dentro de la Asamblea Constituyente, hubo una propuesta para que las asociaciones de clase se convirtieran en sindicatos. Con la propuesta aprobada, la Asociación de Empleados Domésticos de Rio de Janeiro tiene su lucha fortalecida: el Sindicato de Empleados Domésticos de Rio de Janeiro es finalmente creado en 1989.
“Fue un camino muy largo, con muchas luchas y muchas conquistas”, dice doña Zica, quien fue presidenta del Sindicato de Empleados Domésticos de Río de Janeiro entre 1982 y 1986.
Según D. Zica, hoy las luchas del Sindicato siguen siendo las mismas y los compañeros siguen combativos también. “Tenemos una directiva involucrada en esta realidad de conquistas y derechos”, refuerza.
Consciencia
El gremio no es solo de sirvientas que están siendo esclavizadas o explotadas, recuerda D. Zica. “También es para la sirvienta que ya tiene conciencia y derechos, porque tiene que adelantarse, tiene que dar ejemplo, tiene que explicarle al compañero que viene, los caminos de esta conquista”, dice.
“Trabajadoras del Hogar, su trabajo tiene valor, no permitan abusos ni faltas de respeto en su ambiente de trabajo, busquen sus derechos, únanse al Sindicato de Empleados Domésticos de Río de Janeiro, ¡contribuyan!”, invita doña Zica.
Entonces, si lo despidieron y no conoce sus derechos, busque la Unión. El organismo también ofrece asistencia legal y promueve reuniones de capacitación. El tablero está abierto de lunes a viernes, de 10 am a 4 pm.
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El Sindicato de Empleados Domésticos del Município de Rio de Janeiro queda en la Avenida Paulo de Frontin, 665.
Contactos: +55 (21) 2293-7270
WhatsApp: +55 (21) 98149 – 6310
E-mail: sindomesticas.rj@gmail.com