El Monitoramento Mirim Costeiro prepara a los niños para ser guardianes del océano

La investigación ciudadana certificada como tecnología social alerta a padres e hijos del impacto de la contaminación oceánica

18.01.24

El programa Monitoramento Mirim Costeiro nació de un sueño de la oceanógrafa Caroline Schio. Se estaba graduando en la universidad cuando empezó a pensar en cómo podría utilizar sus conocimientos para contribuir a la sociedad. 

Carol quería algo que estuviera conectado con la vida cotidiana de la gente y que pudiera aplicarse de forma práctica, así que creó una metodología pionera de investigación ciudadana para escolares de cuarto y quinto curso. 

«Ella siempre tuvo esa inquietud de intentar transmitir todos los conocimientos a los que tuvo acceso en la universidad, porque creía que las acciones de todos podían marcar la diferencia», explica Cris Guimarães, presidente del proyecto que se fundó en 2018 para mejorar el programa (MMC). 

El programa de cultura oceánica comenzó en Garopaba, una ciudad de unos 40.000 habitantes en la costa sur de Santa Catarina. Carol, junto con otros dos amigos locales, un geólogo y un biólogo, puso en marcha el proyecto piloto en 2012 en nueve escuelas municipales. Hoy, el programa abarca toda la red municipal de Garopaba, con 12 escuelas en total. 

«Monitorizamos las siete playas de Garopaba. Cada escuela monitorea la playa más cercana a su barrio, justamente para que los niños se empoderen sobre su territorio y entiendan la importancia de cuidar el medio ambiente que disfrutan», destaca Cris.

Tecnología social

A lo largo de los diez años que lleva en marcha, cerca de 4.600 niños se han convertido en monitores infantiles a través del programa, que fue certificado por la Fundación Banco do Brasil para las Tecnologías Sociales en 2017 y se convirtió en objeto de investigación doctoral de Carol en la Universidad de Lisboa (ULisboa), en Portugal. 

Con la certificación, la metodología puede ahora replicarse con apoyo y seguridad en otros municipios. Además de Garopaba, por ejemplo, el programa se ha aplicado en Florianópolis (SC), Ubatuba (SP) y Portugal, transformando a los niños en verdaderos guardianes del medio ambiente.  

La formación de los niños en monitores infantiles pasa por un proceso: primero, los niños visitan una exposición sobre el programa, con videos y muestras de la colección marina. Allí tienen acceso a herramientas de investigación, observan las arenas con un minimicroscopio y miran a los animales marinos. Es su primer contacto con el programa.

“Luego, en los demás encuentros, vamos con ellos a la playa para hacer la investigación». En el aula, los alumnos calculan los indicadores encontrados en cada playa. Por último, se generan gráficos con los resultados de la investigación», explica Cris.

Las reuniones varían según el número de estudiantes y la financiación. En Garopaba, donde se fundó el programa, 22 clases participan en el proyecto a lo largo del año, con una media de cuatro reuniones por clase en total. 

Los resultados se exponen en las playas, que reciben una placa con una foto de la clase y los datos de la investigación. Al final, también hay una reunión virtual para que los niños intercambien experiencias, incluyendo participantes de otros municipios de Brasil y del extranjero donde el proyecto está presente.

A oceanógrafa Caroline Schio, idealizadora do Programa Monitoramento Mirim Costeiro, junto com as crianças na praia. Imagem: reprodução.

Encuesta ciudadana

Para llevar a cabo la investigación, los alumnos se dividen en grupos. Armados con herramientas como tamices, lupas, varas de medir, minimicroscopios y palas, los grupos se encargan de un cuadrado de investigación en la playa, llamado transecto. «Por eso es importante hacerlo con niños de cuarto y quinto curso, porque necesitan saber matemáticas y calcular áreas», explica Cris. 

La investigación consiste en contar objetos naturales y también residuos como colillas, tapones de botellas y microplásticos. Lo que es natural se queda en la playa. El resto se recoge y se deposita en el contenedor adecuado. Todo se registra en una hoja de cálculo, que se utilizará para elaborar los indicadores. 

«La zona de investigación es pequeña, pero luego, a final de año, cuando calculamos los indicadores, ampliamos la playa con ese resultado para hacernos una idea de lo que hay de residuos y lo que hay de objetos naturales». 

En la playa, los niños también observan la marea y aprenden sobre la geografía del lugar: «entienden por qué allí hay olas o no, por qué la arena es más gruesa o más fina, cuáles son las condiciones meteorológicas, si hace sol, si está nublado, los tipos de nubes, en definitiva, hacen un estudio completo de ese entorno», explica Cris.

Niños guardianes del océano

Cris Guimarães, presidente de la MMC, afirma que la cantidad de microplásticos encontrados en las playas ha aumentado drásticamente en los últimos años. Por eso, la investigación-acción tiene la función de despertar en los niños la necesidad de cuidar el medio ambiente, especialmente las aguas y los océanos.

«A veces llegamos a la playa y la arena es lisa, por lo que pensamos que está superlimpia. Pero basta con tocarla para ver montones de microplásticos, porque el plástico no se descompone, simplemente se desintegra, y ahora convivimos con el nanoplástico, presente en la sal marina, en el pescado, e incluso se ha identificado en la sangre humana, en la placenta, y recientemente hasta en el corazón y los pulmones», advierte.

Señala que el microplástico que se encuentra en la playa es el resultado de la eliminación incorrecta de productos en lugares alejados de allí: «Cada envase que se ha caído en el bordillo de una ciudad de campo y ha entrado en las tuberías acaba en los ríos y termina en el océano. Lo que vemos en la playa es el resultado de esto». 

Los niños con la periodista Cris Guimarães, actual presidenta del Monitoramento Mirim Costeiro. Imagen: reproducción.

Niños concientizados, padres alerta

Según la presidenta de la MMC, las colillas, el plástico y el microplástico son los tipos de residuos más comunes encontrados en las playas por los miembros del programa. Insiste en el impacto de estos materiales:

«Tenemos muestras de estómago de tortugas y aves marinas que demuestran que estos animales ingieren plástico. Y el plástico del océano no es de ahora, sino de hace años. Las investigaciones demuestran que hay trozos de plástico de la década de 1970. ¡Esto es muy preocupante! La ONU dice que en 2050, si no se hace nada, habrá más plástico que peces en el océano…».

Así, defiende la importancia de pensar globalmente y actuar localmente: «Hemos formado a casi cinco mil niños monitores desde 2012. Al conocer este tema, los niños se han dado cuenta de la importancia de conservar el medio ambiente. Y tienen un poder increíble para influir en sus padres», afirma Cris.

Monitoramento Mirim Costeiro

Para llevar a cabo sus proyectos, el MMC cuenta con apoyos locales, acuerdos y convocatorias de propuestas. En la actualidad, además del programa de formación de niños monitores costeros, el MMC también realiza limpiezas de playas en fechas conmemorativas y otras actividades de educación socioambiental, como talleres ecoeducativos y expediciones científicas.

La última innovación es el uso de drones en la investigación-acción, atrayendo aún más la atención de niños y jóvenes. El proyecto está abierto a todo aquel que quiera replicar la metodología del programa MMC.

Para poner en práctica el programa, es necesario establecer asociaciones con escuelas públicas o concertadas y conseguir financiación de empresas o autoridades públicas para mantener la estructura de investigación-acción. Los técnicos o profesores que llevarán a cabo la investigación-acción también necesitan recibir formación en MMC, que puede ser presencial o virtual.

El MMC Van sirve como sede itinerante del programa en Ubatuba. Imagen: reproducción.

¿Quieres apoyar esta causa?

La MMC recibe donaciones y moviliza el trabajo de voluntarios para acciones como el Día Mundial de los Océanos, el Día Mundial de Limpieza de Ríos y Playas y otras acciones de Playas Limpias. 

Para saber más sobre la MMC, visita su página web o síguela en Instagram y Facebook.

Maira Carvalho
Periodista y Antropóloga, Maira es responsable de informar y escribir artículos en Lupa do Bem.
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