Agua para todos: ONG INFANT ayuda a la comunidad Yagua de Iquitos a implementar innovador sistema que convierte la lluvia en agua potable
Gracias a este proyecto, las familias de esta parte del Perú dejaron de consumir agua infestada con residuos tóxicos y fueron capacitadas para poner en marcha esta técnica.
Loreto es la región del Perú con el mayor déficit en el acceso a agua potable, con apenas un 56% de la población conectada a una red pública, según la Defensoría del Pueblo. La mayoría de las familias se ven obligadas a recurrir a los ríos y quebradas cercanas para satisfacer sus necesidades básicas de lavado, higiene y consumo. Sin embargo, estas fuentes de agua están contaminadas con elementos tóxicos, desechos y excrementos, lo que pone en grave riesgo la salud de niños, niñas y adultos mayores de su población.
Hasta mediados del año pasado se registraron 10 muertes debido a un brote diarreico en diversas comunidades nativas de Loreto, de las cuales 9 eran niños indígenas. La grave crisis de salud que enfrenta esta región del país llevó a la ONG INFANT (Instituto de Formación para Adolescentes y Niños Trabajadores) a establecerse en el distrito de Belén para brindar asistencia directa.
La ONG se centró en la comunidad nativa Yagua, un pueblo compuesto por 22 familias que habitan a orillas del río Momón, en el distrito de Punchana. Los Yagua son uno de los grupos con mayor participación en los circuitos turísticos de Loreto, viviendo en la frontera con Brasil y Colombia.
Los integrantes de INFANT notaron que el consumo de agua contaminada provoca enfermedades respiratorias, diarrea, desnutrición, cólera y dermatitis, entre otros problemas, a las personas más vulnerables. En respuesta, la primera acción que emprendieron fue la creación de un sistema de captación de agua de lluvia, que permite que el agua limpia llegue directamente a los hogares.
Para hacer realidad el sistema que les daría agua limpia, todas las familias llevaron cursos en ‘fierrería y encofrado’ para que ellos mismos aprendan a hacer zapata, columnas, plataformas. En tanto, la ONG se encargó de otorgarles tanques de agua a cada casa. “La participación fue masiva. Todos aprendieron: hombres, mujeres y la participación de los niños fue fundamental porque algunos padres no saben leer, entonces los más pequeños se encargaban de escribir los procesos a realizar. Todos apoyaron”, explica Esther Díaz, directora de INFANT.
Pedro Paredes, ingeniero agrónomo y socio de INFANT, explica que gran parte de los techos de las zonas rurales son de calamina que tienen una canaleta donde se acumula el agua cuando llueve. “Las canaletas actúan como recolectores donde se queda el agua y la direccionamos hacia la parte superior del tanque. Por eso es importante la capacitación, porque deben saber a qué altura deben estar las plataformas donde se va a sostener el tanque, de tal manera que la canaleta del techo caiga a la boca del tanque”.
Para garantizar la calidad del agua, se les instruyó en el proceso de purificación mediante la adición de hipoclorito de sodio. El agua recolectada a través de este sistema fue analizada en los laboratorios de biología de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, asegurando así que cumpliera con los estándares de potabilidad necesarios para la salud de la comunidad. “El agua es apta para consumo, está libre de bacterias patógenas”, refiere Pedro.
Esta acción marcó un cambio significativo en la vida de los residentes. “Antes, las mujeres y niños debían cargar grandes recipientes de agua sobre sus cabezas y escalar pendientes empinadas. Era un sacrificio enorme”, agrega Díaz.
A la semana que dejaron de tomar agua de las quebradas, se empezó a notar el cambio de forma increíble. El rostro de los niños, sus cuerpos, su cabello, iban cambiando. Sus barrigas ya no estaban hinchadas, sus facciones eran mejores y se les veía saludables. “Para nosotros ha sido emocionante ver cómo abrían los caños en sus casas y brotaba el agua limpia”, indica Esther.
Ecotecnologías para gestionar mejor los residuos y convertirlo en fertilizante
En las orillas del río Itaya, la situación es alarmante. Los baños flotantes que se han instalado en la región permiten que los desechos humanos fluyan directamente al río, aumentando su contaminación de forma crítica. Según análisis microbiológicos, los niveles de contaminación están 900 veces por encima de lo permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que continúa siendo un grave riesgo para la salud de la comunidad.
Con la intención de revertir esta realidad, la ONG INFANT ha implementado otro innovador proyecto de ecotecnologías que busca cambiar el paradigma de gestión de residuos, en los caseríos de ‘San Andrés’ y ‘8 de Diciembre’. Este sistema de baños ecológicos, diseñado para eliminar la contaminación ambiental, transforma los excrementos en fertilizantes, promoviendo una práctica sostenible.
“Las excretas son depositadas en unos cajones de madera, luego se les coloca aserrín y se lleva a un cuarto cerrado que hemos llamado ‘módulo de secado de residuos fecales’. En ese ambiente cerrado se crea calor, como un horno, el calor se encarga de matar a los gérmenes patógenos. Lo hemos constatado a través de una tesis de máster de una estudiante de Estados Unidos que llegó a hacer una investigación, en la que concluye que los gérmenes mueren pasados los 3 a 6 meses”, detalla Pedro.
Posteriormente, ese material es mezclado con residuos del bosque o hojarasca, lo humedecen y reposan por más meses hasta la descomposición. “Las muestras que obtuvimos para saber el nivel de nutrientes que tiene fueron alentadoras. Lo empleamos en los cultivos y los resultados son sorprendentes, se trata de un material muy importante para el agricultor”, añade Pedro. Estos baños tienen cero contaminación y por el momento solo funcionan en espacios educativos, donde se llevan a cabo actividades diarias de formación dirigida a niños y niñas.
A pesar de los esfuerzos, las autoridades locales han mostrado resistencia a invertir en estas soluciones que podrían mejorar significativamente las condiciones de vida en la región. La falta de respuesta de las autoridades dificulta la expansión de estas iniciativas, que podrían beneficiar a más comunidades afectadas por la crisis sanitaria, sobre todo en esta zona donde los ríos son usados prácticamente como basureros.
La situación en Loreto es crítica, especialmente en las zonas periféricas, donde los índices de salud son preocupantes. Según la evaluación 2024 del Consejo Privado de Competitividad (CPC), Loreto tiene la peor gestión pública y ocupa el último lugar en diversos indicadores de bienestar, reflejando la urgencia de implementar acciones efectivas y sostenibles.
Mientras tanto, el río Itaya sigue siendo un reflejo de la lucha entre la contaminación y la innovación. En este contexto, el sistema de recolección de agua más la implementación de baños ecológicos se presenta como una solución viable, que podría no solo transformar el paisaje sanitario, sino también ofrecer una nueva perspectiva sobre el cuidado del medio ambiente en Loreto.
¿Te gusta el trabajo que realiza la organización ‘INFANT’ y quieres ayudar?
Actualmente, las familias de la comunidad Yagua cuentan con tanques de 600 litros, pero lo ideal es tener los de 1100 litros de capacidad, pues a veces no llueve y es ahí donde las familias deben cuidar mucho más el agua. Además de tanques, INFANT está recibiendo voluntarios que quieran ser parte de sus proyectos de ayuda y donaciones que pueden ser económicas o específicas como estas:
- Aserrín
- Madera
- Ladrillos
- Tanques de agua
- Calaminas
- Tubos
- Tapas de baños
También puedes conocer más acerca de ellos a través de sus redes sociales: Página web | Facebook | Instagram