Asociación TransMujer: La ONG que empodera el autocuidado en Colombia
Liderada por Pamela Montaño, la Asociación TransMujer empodera el autocuidado en Colombia ofreciendo educación sexual y apoyo a mujeres trans y cisgénero.
Por Laura Reyes
Pamela Montaño, fundadora de la Asociación TransMujer, está transformando la educación sexual en Colombia. A diferencia de los enfoques tradicionales, como las clases en aulas o las incómodas charlas con los padres, su organización sin ánimo de lucro ofrece apoyo y conocimiento tanto a personas trans como cisgénero, especialmente aquellas que trabajan en la industria del sexo. Montaño y su equipo destacan la importancia de recibir una educación sexual integral de fuentes diversas y especializadas, haciendo una diferencia significativa en la vida de muchas personas.
La prevalencia de infecciones de transmisión sexual (ITS) en Colombia es alarmante; en los primeros meses de 2023, se reportaron 4,716 casos de VIH/Sida, y el Ministerio de Salud indicó que cada diez horas un colombiano contrae una ITS, como herpes, sífilis o gonorrea. La doctora Alexandra Caballero, especialista en medicina sexual, destaca que la educación sexual desde una edad temprana es deficiente, ya que, en lugar de promover el autocuidado y el amor propio, se basa en el miedo. Esto impide una comprensión saludable y positiva de la sexualidad.
Una Figura Materna en la Comunidad
Pamela Montaño Díaz, una mujer de complexión delgada, a menudo descrita cariñosamente como una figura materna por algunas de las beneficiarias, dedica su tiempo a participar en coloquios en la Universidad Javeriana de Cali y a la capacitación y liderazgo en temas de educación y cuidado sexual. Sin embargo, no siempre supo que su vocación sería liderar en su comunidad ni que su objetivo sería convertirse en una especie de «madre» que educa, cuida e incluso regaña a sus beneficiarios como si fueran sus hijos.
La Lucha de Pamela Montaño en su Vida
Víctima del rechazo y la violencia física y psicológica de su padre, Pamela decidió huir a los 13 años, resguardándose en la casa de una amiga y su madre. En la década de los ochenta, trabajó en uno de sus sueños: ser peluquera y esteticista. Lamentablemente, tras un accidente de tránsito, su mano derecha se vio afectada, lo que le impidió continuar con su trabajo.
Pamela notó estigmas en torno a la comunidad LGBTQI+, especialmente hacia las personas trans. Dos de estos estigmas eran el maltrato por parte de instituciones como la policía y la violencia. Por ejemplo, algunas eran VIH positivas y otras eran atacadas por bandas criminales debido a su identidad sexual. A pesar de esta situación, no recibían atención médica. Esto la motivó, a los 33 años, no solo a articularse con otras mujeres trans, sino también a crear una organización que facilitara el autocuidado de mujeres trans y cisgénero que se desempeñan en la industria del sexo.
El Nacimiento de la Asociación TransMujer
Al principio, Pamela no recibió el apoyo completo de sus amigas, que también se desempeñaban dentro de la industria sexual. “Se rieron de mí. A ellas solo les interesaba ganar dinero. Las logré convencer solo para firmar los estatutos, pero no se interesaron más allá de eso.» A pesar de mostrarse reacias, Pamela logró convencer a sus amigas de firmar los estatutos, aunque sin la garantía de que tuvieran una mayor participación.
Con el apoyo de un contador, se registró ante la Cámara de Comercio de Cali. “Yo decidí ponerle Asociación, porque no es fundación, Asociación de Travestis y Transexuales: TransMujer”, explica. También agrega que, a pesar de haber visto que las mujeres cisgénero pueden tener más complicaciones por los exámenes requeridos, decidió incluirlas dentro de la asociación. Finalmente, la asociación se consolidó en el 2009.
La revolución la Asociación TransMujer
El inicio de esta asociación trajo dificultades de gran magnitud, uno de los principales con los que topó Pamela fue la violencia. Ella cuenta que cuando inició su proceso para capacitar a las trabajadoras sexuales, recibió amenazas por parte de los comercios especializados en esta industria, pues temían que hubiese una rebelión contra ellos. “Esto hizo que me escondiera prácticamente cuatro meses en la casa de Jose Ignacio Urrego, él es un antropólogo y en este momento está en París; tuve que retirarme”, cuenta. Cabe destacar que esta vivienda terminó siendo la sede principal de la asociación.
Pero cuando una puerta se cierra, otra se abre. Esta situación le dio la oportunidad de conocer a más mujeres cisgénero para guiarlas y educarlas en la educación sexual. “Cuando ellas se enfermaban, yo las llevaba, así no tuvieran seguridad social. Con el tiempo, me fui ganando el aprecio de ellas y de la Secretaría de Salud y departamental.”
Lo que hace TransMujer sea una asociación revolucionaria es el acompañamiento que ofrece a mujeres trans y cisgenero, brindando talleres de autocuidado, relacionados con salud y educación sexual. Asimismo, rompe con los patrones de inequitativos. “El trabajo que ha hecho Pame con los equipos en los que ella ha estado, tiene un trabajo bastante abanderado en la prevención de las transmisiones de las infecciones de trasmisión sexual VIH, sifilis, hepatitis, entre otras. Su labor es más de educativa, de generar información para que las personas que ejercen el trabajo sexual o con su pareja entiendan y comprendan”, comenta Paula Hoyos, trabajadora social de la asociación y Psicóloga, magistra en Familia y doctora en psicología.
Autosuficiencia y Alianzas Clave
Gracias al trabajo de Pamela en Jamundí, la Secretaría de Salud le donó más de 10,000 preservativos y apoyo médico. “Organizamos una jornada de salud en Cali, y llenamos el auditorio con 250 mujeres. La respuesta fue tan grande que tuvimos que pedir ayuda a otras organizaciones para llenar formularios”, relata con orgullo.
En 2011, el Fondo Mundial se interesó en trabajar con las trabajadoras sexuales, y Pamela acondicionó su fundación en su propia casa, donando más de 10 millones de pesos colombianos. A pesar de la violencia en la región, esta alianza fue crucial.
En 2018, la Asociación TransMujer ganó una convocatoria del Ministerio de Ciencias, en colaboración con la Universidad Javeriana y la Fundación TransMujer. “Nos unimos con tres personas de cada institución y nos la ganamos”, dice Paula.
Pamela destaca que la mayoría de los fondos han provenido de su trabajo como trabajadora sexual y de las convocatorias gestionadas. Se ha destacado por su liderazgo y la pasión con la que lleva adelante su labor, su capacidad para brillar en instituciones educativas y de salud en Colombia.
Un impacto que marca vidas
Pamela Montaño en los últimos 30 años, ha ayudado a más de 1000 mujeres a través de la Asociación TransMujer. Brenda Castaño, beneficiaria de la fundación, comparte: “Ha sido muy importante. Siempre están atentas a las enfermedades y la prevención. Tienen muy en cuenta lo que nos puede pasar a las chicas si no nos protegemos. Nos dicen mucho ‘¡Hágase la prueba si está en esta situación!’. Nos brindan mucho acompañamiento y seguimiento para que tomemos los retrovirales.” Brenda también destaca que Pamela le enseñó sobre el amor propio. Por su parte, Luisa Restrepo, mujer trans, resalta los beneficios recibidos de TransMujer, como un millón de pesos y una silla urgente.
El impacto de la Asociación TransMujer, liderada por Pamela Montaño, va más allá de los números y estadísticas. Su labor ha transformado vidas mediante la educación sexual integral y el autocuidado, brindando apoyo crucial a mujeres trans y cisgénero en la industria del sexo.
A pesar de los desafíos y adversidades enfrentados, la asociación ha creado un espacio seguro y de empoderamiento, demostrando cómo el compromiso y la pasión pueden generar cambios significativos. La historia de TransMujer no solo refleja un impacto positivo en sus beneficiarios, sino también ofrece un modelo inspirador para enfrentar la exclusión y construir un futuro más inclusivo y saludable.
¿Quieres apoyar esta causa?
Contacte a Pamela Montaño a través del teléfono +57 318 8287132.