Como resultado de un curso, fue creada una red de protección integral para apoyar a defensores de derechos humanos en la Baixada Fluminense
La Red de Protección Integral a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos de la Baixada Fluminense (RPIDDH-BF) fue creada el 26 de agosto de 2023, tras la realización de un curso promovido por el Fórum Grita Baixada (FGB) sobre protección integral a quienes actúan con derechos humanos.
Según Adriano de Araújo, coordinador del FGB e integrante de la red, el proyecto surgió como un desdoblamiento del seminario final del curso. En aquella ocasión, quedó clara la necesidad no solo de una formación, sino de la creación de una estructura permanente orientada a la protección integral de estas personas.
Así, se creó un comité gestor con representantes de diversos municipios de la región: Cecília Barbosa (Queimados), Marília Palles (São João de Meriti), Tamires Rodrigues y Adriano de Araújo (Mesquita), Anderson Ribeiro (Magé) y Cátia Santos (Belford Roxo). La iniciativa contó con apoyo financiero del Fondo Brasil de Derechos Humanos.
Lupa del Bien, a través de la Columna de Neuza, entrevistó a uno de los integrantes de la red:
Columna de Neuza: ¿Cuáles son los objetivos de la red?
Adriano de Araújo: Ser un espacio de articulación, movilización, formación e incidencia política destinado a las políticas de protección integral para defensoras y defensores de los derechos humanos de la Baixada Fluminense. Y proporcionar medios, recursos y posibilidades que fortalezcan la protección integral al público objetivo.
Esto es necesario porque, como es sabido, las defensoras y defensores de derechos humanos, en general, son personas que sufren amenazas constantes por cuenta de sus actividades.
Columna de Neuza: ¿Cómo funciona la Red Integral de Protección?
Adriano de Araújo: Nosotras tenemos una comisión colegiada, formada por cinco defensoras y defensores, integrantes de la Red.
A pesar de que la Red tiene poco más de un año, es posible percibir el impacto causado. Al inicio, era un apoyo emergencial a defensoras y defensores que se inscribieron solicitando un apoyo económico para algunas medidas de protección.
Luego, vino la realización de un curso de formación, ampliado en la perspectiva de poder aumentar el número de integrantes y constituir un espacio central en la Baixada Fluminense que pudiera servir de referencia para estos activistas.
Columna de Neuza: ¿Cuáles son los mayores desafíos de la organización?
Adriano de Araújo: El aspecto financiero. En este momento tenemos un apoyo, como dije, pero va a terminar y sabemos que la necesidad económica de la Red quedará en mayor evidencia.
Otro problema es la relación con el voluntariado, ya que quienes integran la coordinación ampliada son voluntarios y no siempre esas personas tienen tiempo para dedicar al gerenciamiento de la red. No es fácil sumar personas con compromiso y participación regular, pero eso es común en muchas organizaciones.
Y aún está el desafío de hablar de derechos humanos en el contexto de la Baixada Fluminense, una región caracterizada normalmente por las amenazas y la violencia letal.
Apoyo directo a defensores de los derechos humanos
Para Adriano, una de las mayores conquistas iniciales fue el apoyo del Fondo Brasil de Derechos Humanos, obtenido en los primeros meses de la red.
Otro avance importante fue la oferta de apoyo emergencial a diez defensoras y defensores de derechos humanos, además de la participación de 35 organizaciones de diez de las trece ciudades que componen la Baixada Fluminense.
“Eso para nosotras es motivo de mucha satisfacción, pero aún tenemos mucho por hacer y un largo camino por delante”afirma Adriano.
La red actúa actualmente en diez ciudades, con posibilidad de expansión a los otros tres municipios de la Baixada. Sin embargo, Adriano reconoce que la comunidad LGBTQIA+ aún está poco incluida en las acciones del proyecto, pero destaca que la intención es ampliar ese alcance en el futuro.
Ampliar la visibilidad
La Red de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en la Baixada Fluminense enfrenta desafíos típicos de una articulación recién creada. En primer lugar, es urgente el fortalecimiento institucional, con recursos continuos y acciones que garanticen soporte jurídico, psicológico y de seguridad para activistas amenazados.
Otro punto crucial es la ampliación de la visibilidad y del reconocimiento público del papel de estas personas como defensoras de derechos, especialmente en territorios marcados por la violencia letal del Estado, por la actuación de grupos armados y por un histórico de violaciones sistemáticas. Muchos defensores aún actúan bajo riesgo extremo y sin ningún apoyo del poder público.
También es necesario invertir en la formación continuada, en la articulación con universidades y en la construcción de alianzas con instituciones nacionales e internacionales que comprendan la gravedad de lo que vivimos.
Además, es esencial crear protocolos de protección específicos para el contexto de la región, que consideren la interseccionalidad de género, raza, territorio y clase social.
Por último, la red precisa de un sistema de monitoreo y respuesta rápida a amenazas y ataques, con canales directos de denuncia y acción coordinada entre organizaciones de la sociedad civil, defensores públicos y organismos de derechos humanos. No se trata solo de proteger individuos, sino de garantizar la continuidad de las luchas por justicia, memoria y democracia en la región.
Cómo ayudar
Si sentís ganas de fortalecer la Red de alguna forma, o querés obtener más información, contactate a través del teléfono (21) 9 7735-7888 o escribí a [email protected].