Jojó de Olivença creó el Projeto Ondas tras encontrarse con unos niños que recogían latas en la playa. Actualmente, la ONG atiende a unos 80 alumnos al año, ofreciéndoles clases de surf, apoyo escolar y educación medioambiental
Nacido en el interior de Bahía, Jocélio de Jesus, más conocido como Jojó de Olivença, se enamoró del surf cuando aún era un adolescente y rápidamente llamó la atención por su talento. Superando prejuicios y falta de recursos, fue campeón brasileño en 1988, el primero del nordeste en ganar la competición, y bicampeón en 1992.
Con su carrera ya consolidada, en 1998 Jojó abrió una escuela de surf en Guarujá, en el litoral de San Pablo. Aunque había mucha demanda de clases, una escena le impactó y le hizo cambiar de rumbo: niños en situación de vulnerabilidad social que recogían latas en la playa.
«Algunos niños entraban en nuestra tienda, rebuscaban en la basura y preguntaban cuánto costaba una clase de surf. En ese momento recordé mi pasado, cuando era niño y pedía prestada una tabla para aprender este deporte».
«Ahí me di cuenta de que era una gran oportunidad para devolver a la sociedad todo lo que el surf me había dado». Así que Jojó decidió dar clases gratuitas a estos niños. En 2007, el bicampeón dio un paso más y fundó el Proyecto Ondas, que trabaja en las áreas del deporte, la educación y la asistencia de forma integrada.
En el proyecto Onda do Saber, los alumnos participan en actividades diversificadas destinadas a mejorar su rendimiento escolar. Se utilizan recursos audiovisuales y tecnológicos, desarrollando actividades de lectoescritura, matemáticas y del mundo digital, relacionando siempre el aprendizaje con la naturaleza y la práctica deportiva.
Las clases del proyecto siguen el calendario escolar. «Cuando los niños llegan a Ondas, les hacemos un análisis para identificar debilidades y dificultades escolares. Algunos alumnos llegan aquí sin saber leer ni escribir. Entonces reciben atención personalizada de los educadores».
La ONG también se preocupa de crear vínculos con las familias y las escuelas para supervisar el rendimiento escolar y ofrecer apoyo en caso de dificultades. Jojó señala que, además de mejorar el rendimiento escolar, también se producen cambios en el ámbito del comportamiento y la salud. «Aprenden a respetar los límites de los demás, a ayudar en las dificultades. Adquieren rutinas más saludables, como acostarse antes y comer mejor».
«Nuestra metodología y valores están extraídos del surf: respeto, amistad, superación, paciencia y perseverancia. Utilizamos estas virtudes como metáforas de la vida. Por ejemplo, atravesar el oleaje requiere paciencia, esperar el momento adecuado. En la vida no es diferente. Tenemos que tomar decisiones que a menudo requieren paciencia. El surf refleja la realidad de la vida», dice Jojó.
Los alumnos llegan al proyecto a través de derivaciones del Centro de Referencia de Asistencia Social (CRAS), el Consejo Tutelar y las escuelas municipales. Los niños permanecen allí hasta tres años.
Cada año se atiende a entre 80 y 100 alumnos, de edades comprendidas entre los 7 y los 12 años. Las clases tienen lugar los lunes, miércoles y viernes, de 8.00 a 11.00 y de 14.00 a 17.00 horas. «Si el mar está revuelto, cambiamos las actividades a clases de monopatín y natación, además de clases particulares».
Hoy, el proyecto atiende a nueve comunidades de Guarujá. «Empezamos con dos, y ahora viene gente de zonas lejanas», dice.
Educación medioambiental y fortalecimiento de los lazos familiares
En un deporte que depende de la naturaleza, respetarla es fundamental. Por eso, el Proyecto Olas busca formar agentes transformadores, con conciencia y respeto por la naturaleza, a través de clases de ecología.
«En casa, se ocupan de separar los residuos para reciclarlos. También participan en actividades prácticas, como fabricar juguetes con envases reutilizados. Es gratificante ver cómo se desarrolla esta conciencia en los niños».
Las familias, por su parte, son atendidas por el proyecto Ondas da Convivência, que busca estrechar los lazos entre los alumnos, sus familias y la organización. Se organizan charlas bimensuales sobre diversos temas para empoderar a estas familias y ayudarlas a desarrollar sus habilidades.
Jojó afirma que el principal objetivo del Projeto Ondas no es formar campeones de surf, sino «campeones de la vida, mejores ciudadanos para el mundo. Ese es nuestro mayor reto», concluye.
¿Quieres apoyar la causa?
Projeto Ondas acepta voluntarios, tanto puntuales como permanentes, y también agradece donaciones de particulares y empresas. Ponte en contacto con la ONG a través de su página web, Facebook o Instagram y descubre cómo puedes ayudar.