El Mundo que Conozco: una plataforma multimedia sitúa a los niños en el centro del debate sobre la vida contemporánea
Al mostrar la percepción de los niños, el proyecto aporta una sensible reflexión sobre nuestro tiempo
El Mundo que Conozco (O Mundo que Sei) es un proyecto de comunicación que da voz a los niños, pero no sólo eso. La plataforma multimedia presenta una serie documental y un podcast sobre la vida contemporánea a través de la percepción de los niños. Pero además, la creación artística y la escucha sensible nos adentran en temas espinosos de una forma amable y con la sinceridad que sólo tienen los niños.
Todo está ahí, dicho por quienes ya se han dado cuenta, desde una edad temprana, de la incomodidad del racismo y el abandono, los retos de la vida en la ciudad, la relación entre consumo y felicidad, el papel de la familia, la preferencia por los alimentos ultraprocesados, los efectos del cambio climático, entre otros temas un tanto delicados.
Basada en una investigación etnográfica realizada con más de cien niños de las cinco regiones de la ciudad de San Pablo, la plataforma es una invitación a reflexionar sobre las diferentes infancias y cómo las decisiones de los adultos impactan en sus vidas.
Plataforma multimedia
El proyecto surgió de una curiosidad: Paula Guedes, socia directora de la agencia de comunicación Bebok, tenía como cliente Espaço Ekoa, una escuela infantil y primaria de la Zona Oeste de San Pablo, que adopta una metodología centrada en el niño como sujeto.
Y cuando conoció esta metodología, que trata a los niños como autores de sus propias vidas, insertados en relaciones más horizontales, surgió una inquietud: Paula quería saber si los niños, en general, estaban siendo escuchados por nuestra sociedad.
«Todo empezó durante la pandemia. Estábamos preocupados por el tema del encierro y el uso de máscaras, y hablando con la directora de la escuela, Ana Paula Yasbeck, ella comentó que, a diferencia de los adultos, para los niños el menor de los problemas era usar una máscara, se la ponían y se iban a jugar» Esa observación despertó el deseo de saber más sobre los niños.
Esa observación despertó el deseo de comprender lo que los niños sentían, decían y pensaban: «Empecé a buscar esta información en la literatura, pero sólo encontraba lo que los adultos pensaban de los niños, no había nada con su voz». El proyecto nació del deseo de escuchar directamente a los niños», recuerda el director ejecutivo del proyecto.
Escuchar con sensibilidad
Para crear El mundo que conozco, primero se llevó a cabo una investigación etnográfica coordinada por la antropóloga y especialista en infancia Adriana Friedman. Un grupo de cinco investigadores entrevistó a 170 niños de entre 6 y 12 años, de diferentes clases y procedencias, en todas las regiones de San Pablo, incluida la aldea guaraní de Pico do Jaraguá, la montaña más alta de San Pablo.
Se procuró escuchar a los niños en toda su diversidad. Se entrevistó a niños de barrios céntricos y periféricos, alumnos de escuelas públicas y de gestión privada y residentes de Casa Lar.
Según Giuliana Bergamo, directora de contenidos, «nueve preguntas principales definirían la investigación, partiendo de nuestras inquietudes, dudas y curiosidades como adultos, para saber qué pensaban al respecto». Así, las entrevistas abarcaron desde la relación de los niños con los sentimientos y las emociones hasta lo que pensaban sobre las repercusiones del capitalismo.
Los datos de la investigación constituyeron la base de toda la producción de contenidos de la plataforma. El resultado fue una serie documental de nueve episodios. Al mismo tiempo, se realizó una encuesta cuantitativa a padres y madres de todo el país, que ha servido para desarrollar los temas del podcast.
El informe final de estas encuestas se publicará próximamente en la plataforma. «Esperamos que el informe pueda servir para orientar las políticas públicas, vamos a tener una reunión con el Presidente Lula y vamos a llevar O Mundo Que Sei con nosotros», dice la directora ejecutiva, Paula Guedes.
El mundo que conozco
La serie OMQS sigue un guión ficticio: el personaje Solo es una inteligencia alienígena que interactúa con crías humanas y es en esta interacción donde escuchamos lo que los niños tienen que decir. Un detalle en particular lo hace aún más interesante:
Los niños que interpretan a los cachorros humanos no son niños actores y siempre responden a las preguntas de Solo de forma muy espontánea. En otras palabras, dicen lo que realmente piensan, no hay nada ensayado.
«La propuesta original era producir contenidos para un público adulto. Pero durante la creación del documental, el director y el guionista se metieron literalmente en el juego y, al proponer un universo lúdico, acabaron creando un contenido que también gusta a los niños», explica Giuliana Bergamo.
En cuanto al podcast, la idea es hacerse eco de lo que los niños han dicho en la serie, orientando el contenido hacia los adultos. Para Paula Guedes, «los niños perciben los géneros, las posturas y las actitudes de forma intuitiva, y los adultos podrían aprender de ellos».
La vida contemporánea
¿Y qué piensan los niños de la vida contemporánea?
La directora de contenidos Giuliana Bergamo nos da algunas pistas:
«Los niños son muy conscientes de lo que ocurre en el mundo, saben que el cambio climático es un problema y que el capitalismo, es decir, la forma en que producimos y consumimos las cosas, lo está provocando. También son muy conscientes de todas las formas de discriminación social y económica…»
«Saben identificar las diferentes formas de violencia: física, verbal, emocional. Son muy críticos con los modelos de familia y de matrimonio. Saben que la familia puede ser homosexual, son conscientes de que muchas familias están dirigidas sólo por la madre y que hay familias que son disfuncionales», continúa Bergamo.
«Así que son conscientes de los problemas del mundo, del impacto de estos problemas en la sociedad y en sus vidas, y eso es triste, ¿sabes? Tienen esa forma de hablar que es maravillosa, a menudo muy poética, ¡pero son niños!», concluye.
Giuliana recuerda las palabras de uno de los niños indígenas que cuando le preguntaron qué se podía hacer para mejorar el futuro, respondió que «el pueblo y la ciudad tenían que permanecer juntos, porque entonces ya nadie se pelearía por el espacio».
«Esto es fantástico, porque no sólo saca el tema del territorio en disputa, tan presente en la vida de los indígenas, sino que además plantea una solución diferente a la que han dado los adultos, que es simplemente demarcar», dice el director de contenidos.
Viendo los diálogos entre Solo, la inteligencia alienígena, y los vástagos humanos, me doy cuenta de que la mirada de los niños revela una humanidad desgastada, marcada por las crisis, las desigualdades y las injusticias. Pero, ¿no son precisamente los niños quienes nos dan la esperanza de luchar por un mundo mejor? Así que ¡escuchémosles con más atención!
Para ver los episodios de la serie y el podcast, haga clic aquí.
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El proyecto El mundo que yo conozco es una plataforma multimedia permanente y gratuita. El proyecto ha sido producido por Espaço Ekoa en colaboración con Bebok, Social Docs y Bergamota. Para más información, visite el sitio web de OMQS y siga las redes sociales en Instagram.