En Sergipe, la organización de los mariscadores requiere cuidado y valora la categoría
La organización del grupo vino a hacer positivo y regular el trabajo de las mariscadoras. Estandarizar los valores de venta, organizar las relaciones de trabajo con personas de otros grupos y exigir avances institucionales
Crédito: Colección personal
Por: Eduarda Nunes / Lupa do Bem – Favela em Pauta
El marisco es un alimento para los que les gusta la playa. El camarón, la ostra y el cangrejo son algunos de los crustáceos que acompañan al pescado en la preferencia de la parroquia. Lo que no todo el mundo sabe es que la recolección de cada uno de ellos es un trabajo sustancialmente realizado por las mujeres, muchas veces desvalorizado y descuidado.
En Sergipe, las llamadas mariscadoras llevan 6 años organizándose para cambiar esta situación. «Nuestro trabajo no es reconocido, a pesar de que somos el soporte básico de la pesca en el estado», comenta Arlene Costa, mariscadora de 39 años y miembro del Movimiento de Mariscadoras de Sergipe (MMS).
Según ella, el trabajo ejecutado por estas mujeres llega a ser mayor que el de los pescadores, tanto por la forma en que cada marisco exige ser recogido como por la acumulación de este trabajo con el doméstico.
«Nosotras nos ocupamos de la casa, cuidamos a los niños, los llevamos al colegio, vamos a la marea, desfilamos, empaquetamos y los hombres no. Van a la marea, pescan y vuelven».
La organización del grupo vino a hacer positivo y regular el trabajo de las mariscadoras. Estandarizar los valores de venta, organizar las relaciones de trabajo con personas de otros grupos y exigir avances institucionales para toda la categoría.
«Llegaron los cambistas, compraron productos a 3 reales, 5 reales, como querían. Les invitamos a hablar, a aprender a valorar su propio trabajo, a vender el pescado a un precio justo para ellos también», comenta Arlene.
La reivindicación más reciente es la elaboración de protocolos de atención sanitaria específicos para las pescadoras y los pescadores de todo el estado de Sergipe. La insalubridad del trabajo que realizan y la escasa disponibilidad de tiempo para realizar consultas y exámenes son algunas de las justificaciones utilizadas. Arlene confía en que este será otro logro de la categoría.
Los mariscadores y otros trabajadores del agua cuentan con la orientación y el apoyo del Movimiento de Pescadores y Pescadores Artesanales (MPP) para sus acciones. Es en esta articulación donde se encuentran logros como el reconocimiento de los mariscadores como categoría.
A partir de esto, fue posible, por ejemplo, el acceso al seguro de veda, la asistencia ofrecida durante el período de reproducción en manglares y ríos, con el protocolo para solicitar la inscripción del Registro General de Pesca (RGP).
Restos de petróleo en el noreste
Cuando el petróleo, de origen desconocido hasta hoy, se apoderó de la costa nordeste, hace poco más de 2 años, todas las playas de Sergipe se vieron afectadas. Los pescadores del estado más pequeño de la región vieron su trabajo y su vida completamente atravesados por las manchas que afectaron a sus peces. En aquel momento, escribieron y publicaron una carta exigiendo la actuación de los gobiernos municipal, estatal y federal.
Los días no han sido mejores: cuando estaban arreglando el petróleo, llegó la pandemia. El pescado contaminado con petróleo provocó una disminución del consumo de pescado y dejó a la población que lo consume vulnerable y en alerta por las enfermedades derivadas del derrame en los mares, manglares y ríos. Con la pandemia, se produjo el cierre de ferias y la regulación de los viajes a las mareas.
Recientemente, los grupos escribieron otra carta conjunta para exponer la situación de vulnerabilidad de las comunidades tradicionales de la región.
Los pescadores y mariscadores de Sergipe se preparan para estar presentes en el Grito da Pesca 2021, que se celebra en noviembre, en Brasilia (DF), y que reúne las reivindicaciones de las comunidades pesqueras de todo el país.