Equipo de profesionales especializados apoyan a más de 150 familias sordas en Colombia a través de una “educación para la vida”

En un mundo de no oyentes lo más importante es saber escuchar

18.09.24

Por Margarita Aguilar

Solo un 5% de los jóvenes con algún nivel de discapacidad auditiva en Colombia encuentran oportunidades de acceso a la educación superior, según un informe de la Corporación Universitaria Iberoamericana en el marco del Día Mundial de la Cero Discriminación 2023, evidenciando la desinformación de servicios para el reconocimento de la diversidad linguistica y la carencia de proyectos gubernamentales que fortalezcan el respeto a la comunidad sorda, dando como consecuencia la inequitativa educativa en todos los niveles.

La fundación ICAL, organización que lleva más de media década dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad auditiva y a educar de manera adecuada a niños en formación preescolar y bachillerato. Desde sus inicios la fundación siempre ha sido motivo de inspiración y superación. La familia Brigar y la familia Samper, con uno de sus integrantes sordos, deciden emprender esta valiosa misión, toman como referente el Instituto Mexicano de la Audición y el Lenguaje y posterior a su visita, inauguran, hace más de 60 años, al Instituto Colombiano de la Audición y el Lenguaje (ICAL).

En la actualidad la Fundación ICAL, brinda servicios de integrales para sordos, intentando mejorar los procesos de inclusión desde dos enfoques; la salud y la educación. El colegio campestre ICAl ubicado en la sabana centro de Colombia, está conformado por 170 alumnos de los cuales el 90% de ellos son sordos profundos o cuenta con algún dispositivo de lenguaje.

“Sin familia, es muy difícil que un proyecto de vida de un niño sordo sea de altas proyecciones. Cuando involucramos a las familias en el trabajo con los niños buscamos la confianza en el desarrollo para que después de 11 años ese joven pueda ubicarse en un cargo de técnico o hasta ser profesional” afirma Julian Falla, Director General de la Fundación para el niño sordo ICAL

El equipo profesional ICAL se enfoca en comprender a las familias, cuyo propósito es sacar su familia adelante, para saber qué oportunidades pueden brindarle a su proyecto de vida. Las metodologías que implementan son basadas en la biculturalidad donde conocen su lenguaje, les dan la bienvenida y alienan en un lenguaje conjunto, en este caso el lenguaje de señas colombiana.

“El oyente es el que debe entender que sí visita algún espacio físico de ICAL, debe entender que la inclusión va más allá de un papel, y está ingresando a un espacio de cultura sorda y debes respetarla.” asegura Julian.

Los profesores de esta fundación son educadores de educación especial, está especialidad se dedica a formar y acompañar a niños o niñas con Necesidades Educativas Especiales (NEE). Se considera que un alumno o alumna con Necesidades Educativas Especiales (NEE) cuando requiere, durante un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas por presentar una discapacidad.

Victoria Olmos, actual rectora, construyó su vida profesional en el colegio campestre ICAL, y reconoce que ser parte de esta familia es una fortuna.

“ICAL me escogió a mí. Nosotros formamos niños felices porque hemos evidenciado que si educamos niños felices y el equipo es feliz se pueden lograr cosas inimaginables” me afirma Victoria contando su experiencia, la cual viene desde aprendiz, maestra, coordinadora y luego en el 2008 asume la rectoría con el reto de que en el 2012 se gradúa la primera promoción de alumnos ICAL.

Desde entonces, ICAL tocó  el alma de ella y de muchas más personas de diferentes maneras. Ella sueña con que el bullying a los niños con discapacidad, que para ella es el más alto en el país, se disminuya.

“La inclusión lastimosamente se volvió una ley y no una herramienta cultural. No es bueno para ningún niño con discapacidad y mucho menos para un niño sordo educarse en espacios donde no conocen su lenguaje, el docente no cuenta con la experiencia adecuada y para rematar las instituciones no son aptas para el desarrollo” afirma Victoria.

En ICAL usan el modelo de inclusión inversa, en la cual retoman elementos de la pedagogía Método Montessori. En esta medida, el maestro del Colegio Campestre ICAL orienta procesos, potencia habilidades, propone desafíos y estrategias para la construcción del conocimiento como medio para crear soluciones cognitivas en los estudiantes.

“El trabajo por proyectos ha dado muy buenos resultados. Te sorprenderías de ver las cosas que hemos logrado en niños cognitivos y sordos. Hace poco en las olimpiadas de matemáticas además de ser reconocidos por su progreso educativo aprendieron el manejo del dinero y los riesgo de gastarlo sin propósito como en un casino. Educamos para la vida”

La familia siendo motor en todo este proceso de educación, también se involucra con la fundación. A los padres de familia se les informa sobre derechos de cuidador, los enamoran de la lengua de señas con clases gratuitas y con eventos especiales donde pueden ver los avances de sus hijos y sentirse orgullosos.

“Encontré en ICAL el colegio indicado para mis hijos. Somos una familia sorda y mis dos hijos estudian acá, y ha sido una experiencia muy bonita. Estoy segura que mis hijos van a tener un excelente futuro” madre de familia ICAL.

Es esperanzador saber que las nuevas generaciones podrán tomar estas buenas prácticas y replicarlas, porque todas las comunidades por pequeñas que sean merecen un espacio en el mundo en donde sean respetadas.

¿Quieres apoyar esta causa?

Si quieres acompañar a estos niños y promover que existan en el mundo más fundaciones como la Fundación Ical, comunícate al número +57 320 8498139.

https://icalcolombia.org/

https://www.instagram.com/fundacionical/

Autor: lupadobem
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