El Festival Internacional de Folclore Brasileño celebra la tradición desde hace casi 40 años
El festival está organizado por la ONG Abrasoffa; la azafata Helena Lourenço encabezó la iniciativa e incluyó por primera vez a Brasil en el registro de la UNESCO
La brasileña Helena Lourenço era azafata de la desaparecida compañía aérea Varig cuando fue invitada a participar en un grupo de danza folclórica con sus compañeros de aviación. No se imaginaba que aquello marcaría un antes y un después en su vida. Representando a Brasil, el grupo actuó en el Festival Internacional de Folclore de Santarém (Portugal), junto a grupos de Bulgaria, Senegal, Rusia, Hungría, Ucrania y Grecia, entre otros.
Helena no hablaba inglés -todavía no lo habla-, pero dice que se llevó tan bien con los participantes que quiso traer el festival a Brasil. «Era la época en que la Unesco empezaba a trabajar en una cultura de paz y el festival reunía a grupos de varias nacionalidades. Allí, personas de diferentes culturas, costumbres y tradiciones conviven en armonía, demostrando que, a través de la danza y la música, las personas se acercan y hablan el mismo idioma, la paz», recuerda.
Encantada con la experiencia, no escatimó esfuerzos para organizar un festival aquí. Pasó cinco años organizando el festival en Portugal, que se considera el padrino del evento. «Trabajé en todos los sectores para aprender a hacerlo. Durante este tiempo, conocí a muchos grupos folclóricos e hice contactos en todo el mundo», afirma.
El primer Festival Internacional de Folclore Brasileño comenzó con seis grupos extranjeros que actuaron en Campos do Jordão, Santos y Cubatão (SP) en 1987. Pocos años después, el festival se convertiría en uno de los diez mayores del mundo. «En 1994, tuvimos una oferta de la ciudad de Praia Grande, donde conseguimos una colonia de vacaciones para que se alojaran los grupos. Como era una estructura muy buena, empezamos a recibir 22 grupos, con 30 personas cada uno».
Festival Internacional de Folclore Brasileño
El éxito de los festivales llevó a Helena a extender la idea a otros estados brasileños. También fundó la Asociación Brasileña de Organizadores de Festivales de Folclore y Artes Populares (Abrasoffa). «Cuando llevamos el festival a Praia Grande, los grupos empezaron a quejarse de que sólo estarían 15 días, así que empezamos a establecer asociaciones con otros estados», explica.
«Es difícil organizar los festivales, porque recibimos a mucha gente y tenemos que seguir normas internacionales, como ofrecer al menos tres comidas al día, recogerlos en el aeropuerto y garantizar la estructura para que actúen. Hacemos los festivales en colaboración con las autoridades públicas, no recibimos ninguna ayuda y los grupos no reciben dinero, todos vienen por su cuenta», explica.
Desde entonces, se han celebrado decenas de eventos por todo el país. Helena ha ocupado cargos directivos en asociaciones folclóricas internacionales de todo el mundo. Abrasoffa se unió tanto a la Organización Internacional de Artes Populares (OIV) como al Consejo Internacional de Festivales de Folclore (CIOF), que se consideran competidores. Además, la organización ha adquirido estatus consultivo especial ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) desde 2017.
Abrasoffa
En la actualidad, Helena es presidenta de honor de Abrasoffa y sigue apoyando a grupos folclóricos nacionales y extranjeros. «Abarcamos más de 187 países. Llevamos a muchos grupos folclóricos brasileños a festivales en el extranjero y traemos grupos extranjeros a Brasil», explica.
Como los grupos no reciben honorarios ni ninguna ayuda, tienen que prepararse con antelación para participar en los festivales. Por eso el apoyo de Abrasoffa es crucial. Además de orientar a los grupos hacia los festivales, la asociación también les orienta sobre cómo deben organizarse para viajar.
«Tenemos un grupo de Canarana, Mato Grosso, que va a Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo. El grupo recibió la invitación hace dos años. Desde entonces, han estado organizando barbacoas para recaudar fondos, vendiendo papeletas para rifas, etc. Cada miembro del grupo ha abierto una cuenta de ahorros para ahorrar 20 reales al mes. Hacemos videoconferencias con ellos para saber qué pasa, si ya tienen sus pasaportes, si tienen sus uniformes para el viaje, etc.».
Cuando el grupo finalmente viaja, los participantes son acompañados por un miembro de Abrasoffa durante todo el festival. «Organizamos todo para su acogida allí. Reciben comida, alojamiento y transporte desde el aeropuerto, igual que hacemos aquí», añade Helena.
Tradición
Helena es de Rio Grande do Sul y cuenta que desde niña actuaba en los Centros de Tradición Gaúcha (CTG): «Esto es muy fuerte en el Sur. Los grupos divulgan el folclore, la tradición y, sobre todo, preservan la cultura». Para ella, esta experiencia fue fundamental para sacar adelante el Festival Internacional de Folclore Brasileño.
El próximo festival de Brasil ya tiene fecha. Tendrá lugar en Santos del 15 al 23 de agosto de 2026. Contará con seis grupos extranjeros y varios brasileños. Los grupos interpretarán bailes y música en directo. Colombia, México y Chile ya han confirmado su presencia.
De Brasil, habrá grupos de carimbó, reisado, samba, coco, boi-bumbá, pífano, frevo, cavalhadas y tradición gaúcha, entre otros. «Hemos invitado a gente de Manaus, del boi. También hablamos con Pernambuco, con los grupos de pífano y frevo. Y hemos invitado a India, Uzbekistán y Corea, pero aún no han confirmado», dice Helena.
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Abrasoffa es una organización no gubernamental que trabaja a través de una amplia red de voluntarios. La organización calcula, por ejemplo, que ha acogido a 650 voluntarios a lo largo de su historia.
Para inscribirse como voluntario, pulse aquí. Para saber más sobre el Festival Internacional de Folclore Brasileño, visite el sitio web de Abrasoffa y sígalos en Facebook e Instagram.