Trabajo artesanal y solidario: hacen pelucas con pelo donado para mujeres en tratamiento por cáncer

El proyecto funciona en Baradero, provincia de Buenos Aires. Reciben mechones de pelo de todas partes del país y confeccionan las pelucas a mano; ya entregaron más de 600

30.09.24

Por Paula Galinsky

Es una tarea artesanal: reciben pelo donado y lo cosen a máquina en hileras. Después unen a mano cada capa de pelo a una gorra como las de natación pero de microtul. Cuando la peluca toma forma, la lavan, la secan y le hacen un corte (el look puede incluir flequillo o rebajado). El trabajo es a pulmón, lo encaran unas 12 mujeres de Baradero, en la provincia de Buenos Aires. 

El resultado se destina a mujeres que, en su gran mayoría, están en tratamiento con quimioterapia por cáncer. “Nuestro objetivo es que vuelvan a encontrarse en el espejo, que aquellas que están pasando por un momento complejo puedan sentirse mejor”, cuenta Daniela Mangini (35), una de las fundadoras del grupo de voluntarias Doná Cabello Argentina.

Tienen ese nombre porque, en el inicio del proyecto, solo se encargaban de recibir pelo donado y distribuirlo. Hasta que se dieron cuenta de que podían ir por más. “Había dos organizaciones en el país que se dedicaban a hacer pelucas y, lamentablemente, ya no existen. Nosotras empezamos a promover la donación de pelo en 2010 pero, con el tiempo, decidimos involucrarnos más”, comparte Daniela que en 2015 se animó a empezar a coser pelo y transformarlo en cortinas que luego se convirtieron en pelucas. 

“Los tratamientos a veces son duros y nosotras intentamos enfocarnos en lo positivo e ir siempre para adelante, en sacarle una sonrisa a la persona, en ayudarla en este aspecto que no es menor”, agrega Daniela y aclara que también entregan pelucas frente a otras situaciones médicas por las que las mujeres tienen alopecia. 

Dice que lo ideal es que las mujeres viajen a Baradero a probarse las pelucas. “No es como comprar un par de zapatos, es bueno que se la prueben, aunque en algunos casos eso no es posible y la tenemos que mandar por correo”, relata la voluntaria que dice que el pelo donado también llega, en muchos casos, por correo. 

Tienen un taller en el que, sábado por medio, reciben la visita de personas que buscan una peluca. Siempre tienen en stock cerca de 150. Antes de la pandemia, se juntaban ahí a confeccionarlas pero, luego del coronavirus, cambiaron la modalidad y gran parte del trabajo de confección lo hace cada una desde su casa. 

El otro dato relevante es que el grupo se formó a partir de las ganas de ayudar: “No éramos amigas, nos unimos por esa causa a través de redes sociales”, aporta Daniela sobre el proyecto que está por cumplir una década.

“Algunas del grupo tenían experiencia en costura, pero ninguna en peluquería. Intentamos intervenir el pelo lo menos posible y la prioridad es que las pelucas sean cómodas”, asegura.

Llevan hechas más de 600 pelucas y detallan que en la confección demoran cerca de una semana. También reciben pelucas en desuso que reacondicionan para volver a entregar. Ellas hablan de prestar y no de regalar, porque la idea es que las usen mientras las necesiten y que luego vuelvan a Baradero.  

Daniela aclara que no aceptan donaciones de dinero y que hoy una de las cosas que más están necesitando es pelo. “Estamos recibiendo muy poco pelo por el costo que tiene el envío por correo. Por esto también pusimos un punto de acopio en Capital Federal, en el barrio de Belgrano”, comenta.

El pelo donado debe tener al menos 25 centímetros. “Hay gente que todos los años se lo corta y nos manda. No solo mujeres, también varones. La idea es sumar a más personas que lo hagan a conciencia. Por eso nos interesa que nos conozcan, ya que no todos saben que existe un proyecto como este”, suma Daniela.

La historia de Angélica

Angélica es una de las que comprobó la importancia de que exista esta red de mujeres. “En 2019 me detectaron cáncer, me agarró una desesperación terrible porque yo imaginaba que era solo un quiste benigno. Recuerdo que una de las cuestiones que me advirtieron fue que se me iba a caer el pelo después de la primera aplicación de quimioterapia”, repasa.

Cuenta que no tenía plata para pagar una peluca y que, buscando opciones en redes sociales, se encontró con Doná Cabello Argentina. “Las contacté un miércoles, me pidieron información sobre mi patología y al día siguiente me confirmaron que ese sábado podía viajar a Baradero a retirar una peluca”, señala.

Fue acompañada por sus sobrinos y dice que el encuentro con el grupo de voluntarias resultó “maravilloso”. “La gente no se imagina lo que duele pasar por eso y quedar pelada, tener una peluca es fundamental”, asegura.

Como le habían adelantado los médicos, Angélica perdió su pelo. Y durante el tiempo de la quimio, usó la peluca. Pero, por suerte, superado el tratamiento, recuperó su cabello y la devolvió. “Ahora deseo que circule, que hoy la esté usando otra mujer que la necesite. Si alguien en esa situación lee esto, le recomiendo que no se encierre y busque ayuda”, destaca.

El pelo de Lucía

Del otro lado de esta cadena solidaria hay personas como Lucía, de 13 años, que decidieron donar su pelo. “Fue una experiencia re linda saber que un cambio que yo quería hacer iba a beneficiar a otra persona”, señala a Lupa do Bem.

“Me gustó mucho sentir que mi pelo no iba a terminar en la basura de la peluquería, que iba a ser usado para algo bueno, para que otra mujer se sintiera linda”, sostiene Lucía, que planea usar el pelo largo por un tiempo pero que espera volver a donarlo en algunos años.

Cómo colaborar o pedir una peluca

Es posible contactar al grupo de voluntarias por Instagram a @donacabelloargentina. Además de pelo, reciben telas para la confección de las pelucas, pelucas usadas y shampoo. 

También existe la posibilidad de ayudar ofreciendo traslados o cubriendo el valor del envío de pelo o pelucas por correo.  

Autor: lupadobem
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