“Hay abejas en mi jardín”: proyecto sensibiliza a la población sobre la importancia de las especies nativas

La polinización de las abejas es fundamental para la conservación de la biodiversidad agrícola; Brasil concentra el mayor número de especies en todo el mundo

14.11.24

Cada primer domingo del mes, los criadores de abejas Natale Nicoló, José Neto Soares y Eduardo Martins reciben a los visitantes en el Parque dos Jesuítas, en el centro de Diadema (SP), con cajas de abejas mandaçaia, uruçu amarilla, iraí, manduri, boca de sapo, mandaguari preta, tubuna, entre otras. Estas especies nativas, todas sin aguijón, se exhiben en encuentros gratuitos organizados por el proyecto «Hay abejas en mi jardín», despertando la curiosidad del público.

“En todo el mundo existen 20 mil especies de abejas. De estas, solo 400 son consideradas sociales, con colonias jerárquicas formadas por una reina, obreras y zánganos. Brasil alberga 300 de estas especies, conocidas como abejas nativas sin aguijón. Sin embargo, hoy en día, cuando se habla de abejas en el país, la mayoría de la población piensa en abejas con aguijón, una especie invasora”, explica Natale Nicoló.

Abejas nativas

La competencia entre abejas con y sin aguijón no es trivial. Además de ser conocidas por su agresividad, la expansión de las abejas con aguijón en el país contribuye al desequilibrio ecológico. “La mayor parte de nuestra alimentación depende directamente del trabajo de polinización de las abejas”, advierte Natale, creador del proyecto.

Natale explica la competencia entre especies: “Una colonia de abejas nativas tiene entre 300 y 5.000 individuos. En cambio, una colonia de abejas con aguijón puede llegar a tener hasta 80.000, lo que crea una gran desproporción. Y cuando una planta florece, muchas veces las abejas con aguijón llegan primero, arrasando con todo”.

Sin embargo, añade: “Muchas veces, estas abejas no logran polinizar porque ciertas plantas dependen específicamente de nuestras abejas nativas, que tienen el tamaño adecuado para ese proceso”.

“Muchas abejas sin aguijón, al recolectar polen, baten sus alas y generan vibraciones que permiten la polinización. Cuando una abeja con aguijón llega antes y toma el polen sin polinizar, nuestras abejas ya no pueden hacerlo porque el polen ha desaparecido. Esto es lo que tratamos de enseñar a las personas”, dice.

Imagen: reproducción.

Educación ambiental

Desde 2018, este proyecto de educación ambiental opera de forma independiente. Para sostenerlo, crearon una colecta virtual en Catarse y comenzaron a vender productos como miel y licor en los encuentros.

Natale relata que su interés por las abejas comenzó de forma inesperada: “Descubrí las abejas sin aguijón gracias a una publicación en Instagram donde Gugu Liberato estaba cosechando miel de jataí. Me fascinó y decidí criar abejas. Como tengo un negocio de libros de segunda mano, empecé a buscar información…”

Más tarde, recuerda, el destino intervino. “Un día, un joven vino al negocio buscando libros sobre abejas. Mi madre le dijo que todos los libros sobre el tema ya los había tomado yo. El joven dejó su número y mencionó un evento para criadores de abejas. Fui al evento, compré una caja de mandaçaia y, desde entonces, no he parado”.

Hay abejas en mi jardín

Con varias cajas en casa, Natale pronto notó que no tenía espacio suficiente. Propuso llevar una de las cajas al jardín de la abuela de una amiga. Con el tiempo, recibió noticias de que la abuela había dejado de tomar medicamentos y estaba más activa.

El bienestar que las abejas generaban lo llevó a distribuir más cajas entre personas mayores. Para mantener a las abejas, Natale buscó apoyo en el Parque Científico y Tecnológico de la USP (CIENTEC), donde el proyecto evolucionó hacia una ruta educativa para sensibilizar al público sobre la importancia de las abejas nativas.

Imagen: reproducción.

Cómo criar abejas sin aguijón

Desde 2023, el proyecto se trasladó al borboletario de Diadema y ahora organiza encuentros mensuales en el Parque dos Jesuítas. Durante estos encuentros, los criadores explican cómo construir nidos provisionales para capturar y criar abejas, que luego regalan a los interesados. “Los nidos suelen hacerse con botellas PET y ofrecen a las abejas la oportunidad de reproducirse”, señala Natale.

Licencia para rescate

El proyecto fomenta la cría colectiva de abejas en huertos urbanos, condominios y escuelas. Sin embargo, el rescate de nidos requiere autorización oficial. En São Paulo, es necesario registrarse en la Secretaría de Medio Ambiente, Infraestructura y Logística.

Natale advierte sobre el uso de venenos en entornos urbanos y rurales: “El fumigado contra el dengue mata otros insectos, incluidas abejas y colibríes. Es un veneno fuerte que afecta el equilibrio ecológico”.

De izquierda a derecha: José Neto Soares, Eduardo Martins y Natale Nicoló, del Proyecto Hay Abejas en Mi Jardín.

¿Cómo apoyar?

El próximo encuentro será el 1 de diciembre en el Parque dos Jesuítas, Diadema. Puedes contribuir al proyecto a través de Catarse y seguir su programación en Instagram.

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Maira Carvalho
Periodista y Antropóloga, Maira es responsable de informar y escribir artículos en Lupa do Bem.
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