Una exposición fotográfica revela la vida cotidiana de los pueblos indígenas
Comisariada por Ailton Krenak, la exposición del Centro Cultural Banco do Brasil presentó 160 fotografías del premiado fotógrafo japonés Hiromi Nagakura
El fotógrafo japonés Hiromi Nagakura, durante sus viajes por el Amazonas, siempre acompañado por su amigo Ailton Krenak, visitó varias aldeas indígenas, volviendo a algunas de ellas más de una vez.
Construyó historias de amistad, dejándose penetrar por el espíritu de la selva y llevándose al corazón las lecciones aprendidas durante años de caminar por el Amazonas con Ailton Krenak.
El resultado de este viaje fue la exposición “Hiromi Nagakura al Amazonas, con Ailton Krenak”, que recorrió São Paulo y estuvo recientemente en el Centro Cultural Banco do Brasil (CCBB) de Río de Janeiro.
La curaduría fue realizada por Ailton Krenak, con las ayudantes Angela Pappiani, Eliza Otsuka y Priscyla Gomes. La exposición presentaba 160 fotografías realizadas en Brasil por la galardonada fotógrafa Hiromi Nagakura.
En la exposición se podían ver registros de las naciones indígenas Yanomami, Xavante, Krikati, Gavião da Montanha, Yawanawá, Huni Kuin y Ashaninka.
La muestra contaba con imágenes de la vida cotidiana, los rituales, la intimidad de estos pueblos y los objetos que utilizaban. Para obtener estos registros, Nagakura viajó con Krenak por el Amazonas entre 1993 y 1998.
¿Quién es Ailton Krenak?
Ailton Krenak es una de las figuras más importantes de Brasil; está a la vanguardia de la garantía de los derechos de los pueblos indígenas. Filósofo, escritor, activista, periodista, ecologista y principal dirigente del movimiento indígena, Krenak es el primer indígena que ocupa un escaño en la Academia Brasileña de Letras (ABL).
La vida cotidiana a través de las fotografías
“Creo que es una exposición muy importante para mostrar la realidad de nuestros pueblos nativos, la importancia de preservar nuestra cultura. Ya conocía algunos textos de Ailton Krenak, pero es la primera vez que le veo comisariar una exposición fotográfica. Los colores de las fotos son preciosos, se ve su felicidad. No hay tristeza, hay verdad en las fotos», dijo Camila, una trabajadora social que visitó la exposición.
Magda Barreto, que vive en Río de Janeiro desde hace 24 años, dijo que se enteró de la exposición por un reportaje. “Vine a verla y realmente es todo lo que estaba pensando y más. Pude captar la sensibilidad del fotógrafo, que utilizó sus sentimientos para plasmar en imágenes la vida, los sentimientos, el día a día y las relaciones de aquellos pueblos”.
“Me impresionó cómo Hiromi Nagakura consiguió una profunda intimidad: amanecer, atardecer, anochecer, comer, dormir, trabajar, pescar, jugar y juegos”.
“Estoy muy conmovida por la exposición. Creo que es una exposición muy importante y espero que dure mucho tiempo. Ojalá haya más exposiciones de este tipo, no sólo sobre los pueblos indígenas, sino también sobre otras diversas culturas, no sólo en Brasil, sino en todo nuestro planeta», concluyó Magda.