Izcande: oportunidades socioeconómicas desde la “Isla Bonita”

Através de proyectos agropecuarios como la producción de huevos y las hortalizas orgánicas, Izcande garantiza la seguridad alimentaria en la comunidad y exporta sus productos a zonas cercanas, ofreciendo frescura, calidad, precio justo y prácticas sostenibles

30.08.24

Por Flor Monestel

Al amanecer, una lancha traslada a las personas hasta el atracadero “La Penca” que se encuentra a 15 minutos de distancia; dependiendo del nivel del agua pueden llegar a la orilla, de lo contrario, deben caminar entre el lodo marino, limpiarse los pies al llegar a tierra y continuar su camino. Al atardecer, todas las embarcaciones aguardan por el cambio de la marea para emprender el viaje de regreso a la Isla.

Isla Venado (conocida como “Isla Bonita”) es un pequeño territorio ubicado en el Golfo de Nicoya (Puntarenas), en el Océano Pacífico costarricense. Alrededor de 1.300 personas la habitan y cerca del 90% vive de la pesca artesanal a pequeña escala. Su denominador común: todos los habitantes dependen de las mareas para salir o entrar a ella.

En Costa Rica, la situación que viven las mujeres de zonas costeras, principalmente de las islas, es desafiante; muchas de ellas están sumergidas en condiciones vulnerables e incluso en pobreza extrema, debido a una realidad que carece de oportunidades sociales y económicas. Desde la falta de un muelle, hasta la infraestructura para un mejor desarrollo turístico y rural, son algunas de las necesidades que terminan por impactar negativamente el crecimiento económico de las 400 familias que viven en el lugar.

Este panorama lo describe Mariana Barrios, líder comunal y presidenta de la Asociación de Mujeres de Isla Venado (Izcande); sin embargo, agrega que “somos privilegiados de estar aquí; a pesar de los momentos difíciles que vivimos y que dependemos a diario de las mareas, toda la comunidad es muy unida y siempre salimos adelante entre todos. Gracias a la pandemia nos dimos cuenta cuán solidarios podemos ser, nunca dejamos de producir ni de pescar para lograr el sustento de cada familia. Estamos conscientes que las condiciones socioeconómicas no son las mejores, pero con lo que tenemos hemos podido tener una vida digna. Por eso, quien se va de la “Isla Bonita” siempre regresa. Nuestras raíces son estas”.

Frente a estos retos socioeconómicos, nace Izcande en 2015. Conformada por 15 mujeres asociadas y alrededor de 50 voluntarias, entre los 15 y 88 años, estas emprendedoras crearon su centro de producción y comercialización de huevos de gallina, pollos de engorde y hortalizas orgánicas, entendiendo que no podían depender de la pesca artesanal. Hoy en día, garantizan la seguridad alimentaria de toda la comunidad.

Izcande empezó con 30 gallinas y hoy en día cuentan con 500; además, han alcanzado un total de 700m² cultivados con sus proyectos de hortalizas. “Para las familias es difícil vivir de una sola actividad productiva, por lo que la Asociación se convirtió en una oportunidad para generar trabajo, ingreso económico y sustento, para las mujeres y sus hogares. Con estas nuevas opciones productivas, también contribuimos con la sostenibilidad de los recursos marinos y el cambio climático”, comenta Mariana.

El trabajo se divide entre todas las asociadas, incluyendo los fines de semana. Para la producción de huevos, el trabajo inicia a las 5:30 a.m., con la revisión de los gallineros, limpieza de los bebederos y comederos, cambio de agua y alimento, recolección y el almacenamiento respectivo. Los huevos se clasifican en pequeños, medianos, grandes y frágiles, cada tamaño tiene un precio diferente, con el objetivo de que las personas puedan acceder al producto a un precio que pueden pagar. Posteriormente, se revisan los pedidos y las fechas de entrega, se procede a certificar la calidad y se empacan las órdenes para ser entregadas.

Con los pollos de engorde se realiza el mismo proceso de revisión, limpieza y alimentación, con la variante de que el pollo se debe vender vivo a quien hace la compra, solo a personas adultas mayores o con discapacidad se entrega ya listo. Izcande cuenta con el Certificado Veterinario de Operaciones (CVO) del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), y el permiso Pequeño y Mediano Productor Agropecuario (PYMPA) del Ministerio de Ganadería y Agricultura (MAG), los cuales le permiten realizar esta actividad.

El trabajo de las hortalizas requiere del esfuerzo de todas las mujeres, al ser minucioso y detallado. Se deben preparar los almácigos con el abono para la tierra y las semillas que se estarán cosechando; una vez listos, se vigila el proceso de germinación para su respectiva siembra, mientras en paralelo se prepara el terreno para el cultivo y se instala la tubería de riego.

Todos los productos que se comercializan son frescos, de calidad, a precio justo y elaborados con prácticas sostenibles. A nivel local, trabajan con el Consejo Nacional de la Producción (CNP) para el abastecimiento de las dos escuelas, el colegio y el Centro de Educación, Nutrición y de Atención Integral Infantil (CEN-CINAI).

Dentro de las actividades sostenibles que promueve la organización se encuentran la reutilización de los desechos sólidos y no se quema basura; la producción de compostaje y abonos con los desechos de las aves; el uso de agua de pozo y agua llovida; se realiza la siembra de árboles y se protegen los humedales de la Isla. Los hogares de las mujeres que son parte de la Asociación utilizan la cocina solar o de leña y hacen un uso racional de la electricidad y el agua.

Cooperación para el desarrollo rural

La Asociación no puede otorgar un salario fijo debido a compromisos económicos adquiridos y que esperan finalizar en 2025; sin embargo, pagan alrededor de US$3 la hora por el trabajo realizado. Fue por medio de donaciones del Estado y cooperación internacional que lograron iniciar con el proyecto de Izcande; también, tienen 2 bolsas de 50 mil litros para captación de agua llovida y cuentan con una pequeña oficina y cocina.

En 2020, recibieron una panga y un motor fuera de borda, por parte del Instituto de Desarrollo Rural (INDER) y la Estrategia Motor Rural, contribuyendo a mejorar la comercialización de sus productos hacia Lepanto, Isla Caballo, Isla Chira y en Isla Venado.

Como parte del empoderamiento colectivo, las asociadas de Izcande han recibido diversas capacitaciones entre las que destacan la gestión productiva, prácticas para asistencia de cultivos, técnicas para la producción agropecuaria, agricultura orgánica, avicultura, manejo adecuado de desechos sólidos, manipulación de alimentos y fortalecimiento organizacional y gerencial.

Recientemente, se han involucrado en iniciativas relacionadas al turismo rural. A parte de Izcande, en Isla Venado se desarrolla un proyecto de agricultura orgánica, ostrícola y un restaurante flotante. Esto ha hecho que más personas quieran visitar y conocer los procesos que realizan en cada actividad, impulsando así charlas y visitas guiadas.

Izcande significa “gotas de lluvia” en el dialecto indígena costarricense; por su deseo de cultivar y prosperar la tierra con el esfuerzo de mujer de la Asociación es que se hace honor al nombre.

¿Quieres apoyar esta causa?

Si está interesado en adquirir los productos de Izcande, puede contactarnos a través de Facebook, por correo electrónico en asodemuiz15@hotmail.com, o llamando a los números +506 8810-5667 / +506 8640-9197.

Autor: lupadobem
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