Inspirada en las clínicas públicas de Freud, la Favela de Psicanálise populariza la formación terapéutica en un barrio de São Paulo
El proyecto promueve seminarios y mejoras clínicas con supervisión y atención familiar.
Entender cómo opera el inconsciente en nuestra mente puede tratar el dolor y el sufrimiento individual. Partiendo de esta premisa, el proyecto Favela de Psicanálise pretende popularizar el acceso a este debate y a la atención clínica en São Miguel Paulista, en la zona este de la ciudad de São Paulo. Inspirado en la idea de las clínicas públicas de Freud, el proyecto articula y moviliza a profesionales y pacientes en torno a seminarios y mejoras clínicas en el territorio.
El objetivo es ofrecer una formación básica popular en psicoanálisis, capaz de romper con la noción elitista que se creó en torno al tratamiento de la mente en Brasil. El proyecto, que comenzó en 2022, se encuentra en su fase inicial. La idea surgió de Raul Araújo, psicólogo con formación adicional en educación, estudios sobre la paz y filosofía.
«Estudié psicología, siempre tuve una práctica con niños y adolescentes que viven en las calles, con hombres y mujeres encarcelados, y echaba de menos un lugar para discutir y pensar el psicoanálisis fuera de la burbuja de la riqueza», explicó Araújo.
Así, después de trabajar en varios lugares en Brasil y el mundo, trabajando con la supervisión institucional, la recepción y la formación de CAPS (Centro de Atención Psicosocial), Raúl invitó a colegas profesionales para preparar e implementar la formación. A través de ciclos mensuales de debate y contando con invitados que son referencia en los temas, el grupo y la discusión están ganando impulso.
Las publicaciones clínicas de Freud
El médico Sigmund Freud, considerado el creador del psicoanálisis, fue quien identificó que el inconsciente podía ayudar a explicar el comportamiento humano. Para Freud, la mente opera a través de decisiones conscientes e inconscientes y, a través del análisis terapéutico, es posible comprender los motivos inconscientes que llevan al individuo a actuar de determinada manera.
Sin embargo, el psicoanálisis no debe limitarse a una construcción clínica solitaria. Según Freud, la atención a la salud mental debe garantizarse como un aspecto fundamental de la ciudadanía. Su activismo surgió en un momento de efervescencia política progresista en Viena, Austria, en la década de 1920. En este contexto, puso en marcha clínicas de psicoanálisis gratuitas.
Su propuesta estaba directamente asociada a la defensa de la emancipación y la responsabilidad social, con el derecho a la asistencia sanitaria por encima de todo. La terapia activa, decía, podía ayudar a fortalecer la democracia. Los centros ambulatorios, o la aplicación masiva de la terapia, ayudarían a restaurar la individualidad y la participación social en un período marcado por el fin de la Primera Guerra Mundial.
De vuelta a São Miguel Paulista, en São Paulo, el proyecto Favela de Psicanálise inicia sus actividades basándose precisamente en el libro «Freud’s Public Clinics: Psychoanalysis and Social Justice», de Elisabeth Danto. El libro aporta las circunstancias históricas y personales que llevaron a Freud a defender la terapia pública en el periodo de entreguerras en Europa. Al mismo tiempo, muestra cómo el fascismo acabó con la idea del psicoanálisis como un derecho social que debía ser ampliamente accesible a la población.
Un movimiento en construcción
Como en las clínicas públicas de Freud, el proyecto Favela de Psicanálise pretende ofrecer una formación plural y democrática. Es un espacio en construcción, pero con una idea bien establecida, dice Raul Araújo. «Queremos pensar el psicoanálisis y la clínica fuera de los lugares tradicionales donde aparecen», dice.
Las preguntas sobre cómo tratar el tema del hambre, el exilio, el desplazamiento y la violencia apuntan a la forma en que se está construyendo este espacio. No se trata de una formación individual e institucionalizada, advierte Raúl, sino de un espacio de formación colectiva del analista de la clase trabajadora para atender a la clase trabajadora.
De esta forma, los ciclos de debate pretenden promover la reflexión sobre aspectos del psicoanálisis a partir de demandas populares. Según Raúl, «cuando el grupo está discutiendo un tema, es posible indignarse con situaciones y a partir de la indignación construir un campo de reivindicación de derechos. Esto tiene mucho que ver con la pedagogía de Paulo Freire, tenemos un poco de esa huella también», dice.
Ya han pasado por allí invitados como el psicoanalista Douglas Rodrigues Barros y el sociólogo Deivison Nkosi, que abordaron el tema del psicoanálisis y el racismo, y la filósofa Olgária Matos, que habló sobre migración, exilio y subjetividad. También participaron en los círculos de conversación el Ministro de Justicia, Flávio Dino, y la Secretaria del Programa Nacional de Seguridad Pública, Tamires Sampaio.
Los encuentros de psicoanálisis
En las reuniones suelen participar unas 20 personas, pero hay eventos en los que este número aumenta considerablemente, dependiendo del tema y del invitado. Los participantes tienen profesiones variadas: hay psicólogos del CAPS, del Fórum, servidores de la justicia, de la asistencia social, etc. Y proceden de diferentes regiones de la ciudad: Grajaú, Cidade Ademar, Parelheiros, São Miguel Paulista, Itaquera, Guaianazes, União de Vila Nova y otras, incluso de ciudades cercanas como Campinas.
En general, asisten personas realmente interesadas, ya que todas las actividades son presenciales, dice Raúl. Las reuniones se celebran los sábados por la mañana. Se espera una contribución consciente de cada participante, que se utiliza para ofrecer el café y mantener al equipo de rodaje, formado por jóvenes de la propia comunidad.
Los temas de los seminarios varían y responden a las demandas de los propios participantes. «Un tema que surgió durante las reuniones, por ejemplo, fue la cuestión de las drogas, debido a la irrupción del k2 en la comunidad, también conocido como marihuana sintética. Discutimos este asunto desde la perspectiva de la reducción de daños, el psicoanálisis y el derecho», recuerda Raúl.
La semana pasada, el debate versó sobre alimentación y trabajo reproductivo, y contó con la presencia de la nutricionista y presentadora Bela Gil y de la investigadora y activista Adriana Salai, una de las creadoras de la acción solidaria «Quebrada Alimentada». El seminario abordó la relación entre el hambre, la alimentación y el trabajo relacionado con los cuidados, realizado sobre todo por mujeres. El tema también fue sugerido dentro del grupo.
Cualquiera puede participar en los ciclos de debate. En cuanto al perfeccionamiento clínico, es necesario tener formación en psicología y haber asistido al menos una vez durante la trayectoria profesional. Los psicoanalistas Maria Rita Kehl, Regina Fabrinni, Flávio Veríssimo, entre otros, supervisan el perfeccionamiento clínico semanal.
Centro y Periferia
«El sociólogo Jessé de Souza utiliza un término muy interesante: “élite atrasada”. “La élite en Brasil no lidera ningún proceso, no participa en la competencia de la burguesía mundial, no propone nada nuevo, sólo se protege», explica Raul sobre las razones que dificultan el acceso de las poblaciones más pobres a los tratamientos psicoanalíticos.
El proyecto Favela de Psicanálise es precisamente un intento de insertar en la vida cotidiana de la mayoría de la gente un enfoque hasta ahora restringido a una pequeña parte privilegiada de la población. El propio nombre del proyecto aporta una reflexión:
Favela es una planta de Caatinga. Y en Canudos había una colina cubierta por esta planta, llamada colina de la favela. Cuando hubo la guerra de Canudos, el gobierno federal contrató a antiguos esclavos que vivían en Río de Janeiro para luchar junto al ejército en la que sería la última batalla. A su regreso, les prometieron un lugar donde vivir como recompensa. Lucharon y masacraron a todos. Pero cuando volvieron, no les dieron vivienda. Esta población se fue a vivir al Morro da Providência, donde los apodaron Morro da Favela.
«El proyecto tiene esta conexión con la noción de desplazamiento, migración y violencia, pero también con un lugar de reconocimiento, apropiación de territorio y poder», detalla Raul. Para él, pensar los espacios de la ciudad en términos de centro y periferia es un reto, ya que sus límites están en constante transformación.
«São Paulo ya tenía el centro antiguo, entonces era la Av. Paulista, ahora el centro económico es la Av. Berrini, la Av. Faria Lima se movía como protegiéndose de los pobres, así que es difícil llamar periferia a todo lo que no es centro, porque los barrios son muy diferentes, tienen movimientos, la gente circula y se produce una cultura muy diferente», da cuenta.
El poder de la información
El psicoanálisis trabaja con la implicación del sujeto. Esto significa que el individuo se relaciona con la sociedad desde una posición específica. Por ejemplo, Brasil es una sociedad esclavista, por lo que la forma en que cada persona vive en el país está muy influenciada no sólo por factores sociales y económicos que son el resultado de esta historia, sino también por factores subjetivos, es decir, cómo las personas ven a los demás y se ven a sí mismas dentro de ese sistema.
«Si un hombre tiene 60 años y quiere ser médico, por ejemplo, y es pobre y negro, sabe que tendrá innumerables dificultades para alcanzar su meta, por lo que el buen psicoanalista no le dirá que todo depende de él, sino que lo ayudará. Lo ayudará a descubrir caminos para alcanzar esas metas, eso es escuchar», explica Raúl.
Así, entender cómo actúa el inconsciente de este hombre es importante para que no se rinda antes incluso de empezar a intentarlo. En los grupos de Favela de Psicanálise se debaten cuestiones similares. A lo que Raúl pregunta: ¿es posible que alguien haga análisis cuando tiene hambre? «Incluso en estos días, que son de ritmo superrápido, ¿hay tiempo para parar y reflexionar? No podemos suponer que todo el mundo tiene un tiempo para el análisis», dice, mostrando cómo el grupo está pensando en estas cuestiones e inventando otras formas de hacer psicoanálisis.
«¿Qué tipo de dispositivo de escucha, de trabajo, de intervención sobre el terreno estamos construyendo? No sé si todo esto puede seguir llamándose psicoanálisis, pero creo que sí. Y esta es la conversación que estamos teniendo…», concluye.
¿Desea apoyar esta causa?
Todo el trabajo de Favela de Psychonálise se ha realizado de forma voluntaria. El proyecto también está creando una biblioteca mediante donaciones de libros.
Si desea más información, póngase en contacto con nosotros por correo electrónico: secretaria@faveladepsicanalise.org.