Puxirum Manaus y los malabares solidarios en la capital de Amazonas

El grupo llegó a las comunidades tradicionales y a los agricultores desde el inicio de la pandemia del covid-19 y hoy colabora con la autonomía de cada uno de ellos

13.11.23

Crédito: divulgación

De: Eduarda Nunes – Lupa do Bem / Favela em Pauta

Durante la pandemia, muchas personas se unieron en proyectos de asistencia humanitaria por todo el país, y no fue diferente en Manaus, capital de Amazonas. Allí, en 2020, Puxirum do Bem Viver surgió como una vía alternativa entre quien quería donar y quien precisaba recibir alimentos, material de higiene y equipamiento de protección individual.

«Empezamos a actuar aquí, en Manaus, junto con un grupo de personas de otros lugares, como un colectivo centrado en la agroecología y en la entrega de alimentos. No nos conocíamos bien, nos fuimos conociendo a través de las acciones», cuenta Yago Santos, ingeniero ambiental que está en el grupo desde el principio.

El grupo está formado por voluntarios que contribuyen de diferentes partes del país, pero la mayor parte del equipo vive en la Región Norte.

En este escenario, el proyecto recaudó donativos en dinero, alimentos, material de higiene y protección individual y los destinó a las comunidades indígenas que, durante la pandemia, tuvieron su salud aún más desatendida.

De acuerdo con los datos de la Articulação dos Povos Indígenas do Brasil – APIB, en Brasil, hubo 75.487 casos de indígenas infectados con covid-19. El número representa a 162 pueblos afectados por la enfermedad, que provocó la muerte de 1.324 indígenas.

Amazonas fue uno de los estados que registró víctimas indígenas del covid-19 e iniciativas como la Unidade de Apoio Indígena – UAPI, un hospital de campaña creado y administrado por los propios indígenas, fueron algunas de las soluciones encontradas para cuidar de la población.

La práctica de la incidencia del Puxirum

Con las donaciones monetarias, Puxirum garantizaba el cultivo de los agricultores de la Rede Maniva, que se quedaron sin espacio para vender sus productos orgánicos por la suspensión de las ferias y las fuertes alteraciones en las ventas. El objetivo era colaborar con el sustento y las ventas de estos agricultores, para poder trasladar los alimentos a las comunidades indígenas.

Sin embargo, durante la pandemia, hubo un aumento significativo y acelerado del hambre y de la inseguridad alimenticia. Según el estudio de la Rede Brasileira de Pesquisa em Soberania e Segurança Alimentar – Rede PENSSAN, en 2022, más de 125 millones de brasileños convivieron con la inseguridad alimenticia en algún grado y 33,1 millones enfrentaron el hambre.

La calidad y la cantidad de los alimentos disminuyeron y los grupos sociales que ya eran vulnerables se tornaron aún más vulnerables. Además, la crisis de abastecimiento de oxígeno que asoló la red de salud de Manaus fue decisiva para que el grupo intensificase el trabajo que estaba realizando.

De este modo, las relaciones se estrecharon con nuevas organizaciones. Se unieron a la Rede Maniva en esa articulación el Parque das Tribos, la Associação de Mulheres Indígenas Sateré Mawé y el pueblo Apurinã. En torno de 70 familias pudieron beneficiarse de la colaboración que se estableció con Puxirum.

Perspectivas futuras

Al inicio, el grupo actuó de forma urgente y hoy, pasados los momentos más críticos de la pandemia, el colectivo trabaja junto a las comunidades beneficiadas auxiliándolas a conquistar su propia autonomía.

«El vínculo nos ayuda a entender lo que se demanda, lo que es necesario en los territorios y a entender ese proceso de todos ellos de vulnerabilidad porque fueron hechos vulnerables», cuenta el fotógrafo y también voluntario del grupo, Beto Oliveira.

Puxirum Manaos

En este sentido, el grupo ya ha podido auxiliar en la construcción de huertas comunitarias, en la reorganización de los espacios donde los indígenas producen y también en la articulación de otros colectivos para prestar atención a las cuestiones climáticas.

Para Yago, ingeniero y miembro de Puxirum, las cuestiones climáticas y sostenibles son «un escenario presente, que afecta completamente a la calidad de vida de las personas y que exige programas para el cambio».

Al final, la principal expectativa del colectivo es hacer parte de la construcción de un camino para el buen vivir, un modo de vida en el que la colectividad sea la pieza clave para que no haya violencia y otros malestares sociales, sino respeto por el funcionamiento de cada una de las partes que componen la vida en sociedad.

Para acompañar y también conocer los medios de realizar apoyo financiero o voluntario, basta con seguir el perfil del grupo en Instagram: @puxirummanaus.

Autor: Redação - Lupa do Bem
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