Instituto Remo Meu Rumo: Inclusión y rehabilitación física a través del deporte
La institución opera en la pista olímpica de la USP con el propósito de rehabilitar física y emocionalmente a jóvenes a través del deporte adaptado
El Instituto Remo Meu Rumo surgió en 2013 con un objetivo: rehabilitar física, emocional y socialmente a niños y adolescentes con discapacidades físicas o intelectuales. Para ello, ofrece clases totalmente gratuitas de canotaje y remo adaptado en la pista olímpica de la Universidad de São Paulo (USP).
Ricardo Macéa, fundador y director ejecutivo del proyecto, explica que la idea era sacarlos de los centros médicos, ya que, normalmente, los tratamientos son dolorosos, con muchas cirugías.
A lo largo de 10 años, más de 800 niños y adolescentes, con edades entre seis y 22 años, han pasado por la organización. Cerca del 80% tiene discapacidad física, autismo o síndrome de Down. «También tenemos alumnos sin discapacidad, ya que es importante que ellos tengan este diálogo», explica Ricardo.
«Este es un deporte que demanda mucho físicamente, pero para los niños, lo hacemos de una manera lúdica, para que tengan beneficios», agrega.
Así, antes de que los alumnos entren al agua, existe un proceso de entrenamiento: los gestos técnicos se realizan en un barco escuela (un tanque cubierto en la pista de la USP), además de ejercicios en el remoergómetro, para fortalecer la musculatura de los brazos.
«Las actividades comienzan en tierra para que, con el acondicionamiento y la evolución, de acuerdo con la planificación de los profesores, puedan ir al agua. Cuando están allí, existe todo un protocolo de seguridad, con una lancha acompañando y todos con chaleco».
Ricardo agrega que el deporte en el agua da autonomía. «Por ejemplo, para una persona en silla de ruedas, sentarse en un barco y deslizarse con los brazos es un cambio mental y emocional, además de proporcionar una sensación de libertad».
Cerca del 60% de los alumnos de Remo Meu Rumo provienen del Sistema Único de Salud (SUS). Además, el proyecto tiene alianzas con tres centros de salud: el IOT – Instituto de Ortopedia y Traumatología del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo, la Asociación de Asistencia a la Niñez Deficiente (AACD) de Osasco e Ibirapuera, y el Hospital Universitario. Otras instituciones, como el Instituto Mara Gabrilli, también envían pacientes, y hay quienes los buscan después de ser referidos por familiares y amigos.
A pesar de no tener un enfoque en la formación de atletas, el nadador Victor Santos Almeida, que compitió en la final de los 100 m espalda en la clase S9 (limitación físico-motora) en los Juegos Paralímpicos de París, comenzó en el instituto a los seis años.
Amor por el deporte
Remo Meu Rumo es el resultado de la unión de cuatro amigos apasionados por el deporte. La pareja Ricardo y Patrícia Moreno, médica ortopedista, se unió a Candido Leonelli, médico y seis veces campeón de remo en el Mundial Master, y Ana Helena Puccetti, psicóloga.
El equipo también está compuesto por fisioterapeutas, psicólogos, educadores físicos, asistentes sociales y dentistas. Para que el trabajo funcione, el instituto también se preocupa por formar profesionales capaces de lidiar con las discapacidades.
En 1997, Patrícia y Ana Helena fueron las primeras campeonas sudamericanas de remo de Brasil, junto con Renata Gôrgen y Claudia Alencar.
Cuidar de quienes cuidan
La rutina de un hijo con discapacidad física o intelectual es agotadora para las familias, y muchas mujeres se encuentran solas en esta misión. Por eso, el instituto creó el programa Cuidando de Quien Cuida, enfocado en el bienestar de los padres y cuidadores. «Hemos tenido masajes, cine con palomitas, caminatas, cuentacuentos, además de fiestas y dinámicas», dice Ricardo.
Además, una psicóloga y una trabajadora social siguen de cerca a los alumnos y sus familias. «Nos dimos cuenta de que cuidar de las familias también era cuidar de los alumnos».
Investigaciones y beneficios para la sociedad
Todas las actividades del Instituto generan datos, por lo que Patricia Moreno coordina el área de investigación de Remo Meu Rumo. «El primer trabajo de investigación que hicimos fue con el estudiante de ingeniería Cauê Contrera Barreira, de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (Poli), quien realizó un análisis de la marcha, evaluando su evolución utilizando el Kinect (un sensor de movimiento desarrollado para videojuegos)».
El dispositivo se conectaba a las piernas de los estudiantes para evaluar la evolución y el desarrollo de la marcha. Para esta investigación, se analizaron estudiantes con parálisis cerebral.
Actualmente, se está desarrollando otra investigación en colaboración con la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo (FAU-USP). «Con las investigaciones, llevamos estos datos e información a un documento, a un registro. Así, podemos seguir aprendiendo, además de aportar beneficios a la sociedad y a la comunidad científica», destaca Ricardo.
Celebración de 10 años
Para celebrar los 10 años de la organización, en agosto se publicó el libro “Remo Meu Rumo – Remando Para el Futuro”, con crónicas escritas por personalidades como Jairo Marques, Mara Gabrilli, Lars Grael, Amyr Klink, Baby del judo, la ex jugadora de voley Fofão y la medallista mundial de remo Fernanda Beltrame, además de profesionales y alumnos del instituto.
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El Instituto Remo Meu Rumo obtiene recursos a través de la Ley de Incentivo al Deporte, pero también acepta donaciones de empresas y particulares. Para ello, ponte en contacto a través de la web o de los perfiles en Instagram, Facebook y LinkedIn. También se aceptan voluntarios.