El acceso a derechos básicos, como la salud y oportunidades laborales, sigue siendo un desafío para la comunidad trans. Por eso, Lupa do Bem dio voz a cuatro personas que compartieron sus experiencias en temas como la relación con sus familias, el acceso al empleo y el deseo de ser respetadas.
El 31 de marzo se celebra el Día Internacional de la Visibilidad Trans, una fecha creada para visibilizar la lucha por los derechos de las personas trans y reforzar la necesidad de políticas públicas que garanticen su inclusión en distintos países.
En Brasil, el Día Nacional de la Visibilidad Trans se conmemora el 29 de enero. La fecha se estableció hace 20 años en recuerdo de un momento clave: en 2004, un grupo de mujeres y hombres trans y travestis se reunió por primera vez en el Congreso Nacional, en Brasilia, para lanzar la campaña “Travesti e Respeito”. Este acto marcó un hito en la lucha por los derechos trans y consolidó enero como el Mes de la Visibilidad Trans en el país.
La campaña, de alcance nacional, fue impulsada por referentes del movimiento trans en colaboración con el Programa Nacional de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida del Ministerio de Salud de Brasil.
Brasil sigue siendo el país con más crímenes de odio contra personas trans
Según datos de la EBC, en 2024 se registraron 105 asesinatos de personas trans, manteniendo a Brasil como el país con la mayor cantidad de crímenes de odio contra esta población por 17 años consecutivos.
Ni siquiera la pandemia redujo la violencia: en 2020, un informe de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA) reveló que los homicidios de personas trans aumentaron un 41%, mientras que, para el resto de la población, el incremento fue solo del 5%.
Además, la expectativa de vida de las personas trans en Brasil es de apenas 35 años, una cifra alarmante que subraya la urgencia de implementar políticas de protección e inclusión.
Frente a esta realidad, la inclusión laboral de personas trans se vuelve un factor clave para transformar su calidad de vida. Según el Blog Convenia, la falta de oportunidades es uno de los mayores obstáculos: en Brasil, una persona es asesinada cada 16 horas debido a su identidad de género, según datos de UOL Noticias.
La discriminación en el acceso al empleo empuja a muchas personas trans a la prostitución, una actividad en la que se enfrentan a mayores riesgos de violencia. Aun con formación y experiencia, siguen encontrando barreras laborales debido al prejuicio y la falta de políticas de inclusión.
El derecho a existir
La Columna de Neuza reunió los testimonios de cuatro personas trans, quienes compartieron sus experiencias sobre salud pública, transición y ciudadanía.
Mi transición comenzó cuando me acepté
Tulipa Floriano, una mujer trans de 33 años que vive en Florianópolis, cuenta que muchos profesionales de la salud aún desconocen cómo tratar a las personas trans.
“Creo que necesitamos profesionales más capacitados, que nos orienten mejor para tener una transición segura y acceso a apoyo psicológico de calidad, preferentemente con especialistas que formen parte de nuestra comunidad. Siento que en el ámbito de la salud todavía no saben cómo atendernos”.
Ella enfatiza la importancia del respeto mutuo: “Así como yo respeto a las personas cis y no veo ninguna diferencia, creo que lo mismo debería aplicarse a nosotras. Somos personas comunes, trabajamos, estudiamos, llevamos una vida como cualquier otra. Merecemos el mismo respeto”.
“Desde niña, sabía quién era, pero no conocía el concepto de transición. Lo único que hacía era atar unas pulseras de Madre Paulina en mi muñeca y pedir despertarme como una niña al día siguiente. Creía que solo un milagro podía cambiar mi situación”.
“Mi transición no comenzó cuando empecé a tomar hormonas, sino cuando me acepté. Lo que más me marcó en ese momento fue mi primera ropa interior femenina y mi primera consulta médica”.
Como mensaje para quienes están en proceso de transición, deja este consejo: “Los cambios no suceden de un día para el otro. Lo más importante es respetar el propio tiempo y observar la belleza del proceso a medida que ocurre”.
Sin oportunidades es difícil tener orgullo
Para Bárbara Aires, una mujer trans de 35 años de São Paulo, uno de los mayores desafíos de la comunidad trans sigue siendo el acceso al empleo.
“Para mí, celebrar el orgullo trans es, por sobre todas las cosas, vivir con dignidad. Tener un trabajo formal en Fiocruz es motivo de orgullo y una manera de visibilizar a nuestra comunidad. Sin oportunidades, sin acceso a un ingreso o a cualquier medio de subsistencia, es difícil sentir orgullo de nada”.
“Hoy la realidad trans es muy difícil. Antes, al menos, teníamos más acceso al mercado del sexo, había zonas de prostitución y sitios especializados en la práctica. Era una alternativa que permitía cierta estabilidad económica”.
“En mi opinión, los mayores desafíos que enfrenta la comunidad trans en la actualidad son las noticias falsas y la extrema derecha con su agenda antitrans. Esto seguirá siendo un obstáculo para cualquier avance en el corto y mediano plazo”.
La comunidad LGBT me abrazó
Noah Vitor Virtuoso, de 27 años, comparte que, al inicio de su transición, su familia no lo aceptó.
“Nunca sufrí discriminación fuera de casa, pero mi mayor desafío fue con mi familia. Mi hermano menor fue transfóbico conmigo, pero con el tiempo logramos reconstruir nuestra relación”.
“Durante mi transición, compartir con otras mujeres trans y travestis me ayudó a comprenderme mejor. Nos entendemos entre nosotres, nos miramos y sabemos lo que sentimos”.
“La comunidad LGBT me recibió con los brazos abiertos, y eso fue fundamental. Para quienes están comenzando su transición, les recomiendo acercarse a la comunidad y buscar toda la información posible”.
Intentan encajar nuestros cuerpos en categorías
Toti Araújo, de 28 años, se identifica como persona no binaria y transmasculina. Describe su proceso de autodescubrimiento como desafiante.
“Entendí que era bisexual a los 16 y empecé mi transición a los 26. Tener que ‘salir del clóset’ otra vez fue frustrante. La transición no es solo un cambio estético, es un proceso solitario pero liberador, una nueva manera de ver el mundo”.
Cuando se le pregunta qué le gustaría que la gente comprendiera sobre los hombres trans, responde:
“Soy una persona no binaria, y eso es algo que quisiera que entendieran sobre mi género. Romper con las expectativas de lo masculino y lo femenino es un gran desafío, porque insisten en encasillarnos. Pero el género no es algo simple: es complejo y diverso. La manera en que me visto o me expreso es solo un detalle de quién soy”.
“La transición psicosocial también es una forma de desafiar la cisnormatividad. Para entender quién soy, mis luchas y mis alegrías, hay que verme y conocerme, compartir conmigo mi manera de habitar el mundo”.
Para más información sobre transexualidad, podés visitar esta página.
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